Jorge Lorenzo: Buscando dentro de sí mismo

Chicho Lorenzo

DEPORTES

Kai Försterling | Efe

Jorge ha ganado el Mundial espoleado por la irrupción de Márquez dando una vuelta de tuerca a sus cualidades, tanto de pilotaje como físicas y mentales

10 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El éxito es siempre una confluencia de factores. Jorge Lorenzo acaba de convertirse en campeón de MotoGP por tercera vez. Pero nada es por casualidad. Siempre se proclama campeón el mejor. Y este año ha sido él. Acaba de reeditar el mismo título que en el 2010 y en el 2012, pero quizá las sensaciones, siempre de alegría, no sean iguales. Esta vez estaba enfrente un Rossi resucitado y un Márquez inédito entonces. Precisamente la irrupción del de Honda obligó al resto de pilotos de MotoGP a ponerse las pilas. Y Jorge no ha sido una excepción. Tuvo que buscar más velocidad de debajo de las piedras. Y lo ha conseguido. ¿Cómo? Repito: el éxito es siempre una confluencia de factores.

Pilotaje. Perfeccionista (y aún hay margen de mejora)

Recuerdo que la presencia de Marc Márquez ha hecho a todos redescubrirse como pilotos. Seguir buscando en sí mismos para poder competir con el líder de Honda. Y Jorge Lorenzo, además de trabajar el aspecto físico y mental, también ha evolucionado en su pilotaje. La carrera de ayer es un buen ejemplo. Se han visto derrapadas de sus perseguidores, pero no así del piloto de Yamaha, que ahora se maneja con una sutil elegancia inédita otras temporadas. Entre sus nuevas virtudes está el aprovechamiento de todas las zonas del circuito para jugar sus bazas. Pero en líneas generales Jorge le ha dado dos o tres vueltas de tuerca a todos los fundamentos del pilotaje en MotoGP. Me refiero a los movimientos sobre la máquina, a la forma de dibujar las trazadas, al paso por curva, a la apertura de gas... ha mejorado en todos los aspectos. Pero lo más importante -y lo que además le tiene que seguir sirviendo para motivarle-: siempre hay margen de mejora.

Fortaleza mental. Los errores del pasado empiezan a dar sus frutos

Sin duda la de Cheste ha sido la mejor carrera del año de Jorge Lorenzo. Por la presión vivida, por la polémica, por lo mucho que se jugaba. Ha sido impecable. Pero esta temporada se han visto otros ejemplos de su gran fortaleza mental, otra clave para proclamarse campeón. Jorge ha ganado cuatro carreras consecutivas (Jerez, Le Mans, Mugello y Montmeló, entre mayo y junio), algo que no había hecho nunca, ni siquiera en otras cilindradas. Gestionar el éxito es más difícil que gestionar la derrota. Con esta te pones las pilas inmediatamente, pero cuando todo va de cara es muy complicado no bajar la guardia. Jorge era impetuoso pero se ha ido aposentando. Aquellas caídas por pecados de juventud comienzan ahora a traducirse en momentos de reflexión y gestión a largo plazo. Esto lo acaba dando la experiencia, saber no errar, no caer en la pérdida de control mental.

Este mismo año Jorge ha vivido momentos malos, aspectos de auténtica mala suerte, como problemas con el casco -en dos ocasiones-, o con el neumático. También fue muy frustrante la carrera de Missano. Lorenzo controló a la perfección el fin de semana. Pero la lluvia irrumpió lo justo para poner patas arriba un fin de semana que Lorenzo iba a llevarse de calle. En aquel gran premio incluso hubo un doble cambio de motos, algo casi inédito. Aquellos incidentes le supusieron una pérdida importante de puntos de cara al Mundial, lo que ha provocado que todo se decida en la última vuelta de Cheste. Mientras, Valentino se ha mostrado muy firme y regular. Su temporada ha sido impresionante, nos ha dado una sorpresa a todos. Ha recuperado su competitividad y a nivel mental es uno de los mejores.

El entorno. Rodeado por un gran grupo humano y profesional

La estabilidad del entorno es fundamental para el éxito deportivo. Y Jorge Lorenzo está rodeado por un gran grupo humano y profesional. Todos se desviven por el éxito del piloto. Porque, al fin y al cabo, el éxito de Jorge es el éxito de todos y todos son responsables de las lágrimas de alegría vividas en Cheste. Veo como se desviven por Jorge. Desde el jefe de prensa, Artur Vilalta, hasta el mánager, Albert Varela. Y Lorenzo ha creado ese equipo, él los ha escogido para formar parte de un proyecto tan exigente como es la gestión de un equipo deportivo de élite. El mejor ejemplo está en Cheste. Con todo lo que ha llovido -ya me entienden- durante la semana, entre todos han conseguido que el piloto llegase a la carrera crucial sin distracciones, totalmente concentrado. Y Jorge ha sabido abstraerse, concentrarse, convertir en acierto cada decisión, como en la puesta a punto de la moto, para acabar proclamándose campeón por quinta vez en su vida de la manera que a todos les gusta: llegando el primero a la meta, siendo el más rápido. Porque esa es la esencia de este deporte y que a veces olvidamos por culpa de las polémicas.

Trabajo físico. Nunca ha estado mejor

En un deporte tan físico como este el estado del piloto es fundamental. Creo que Jorge está mejor que nunca en esta faceta. A su disciplina, aplicable por otro lado a buena parte de los pilotos de élite, hay que sumar el que para mí es el mayor responsable de su excelente estado de forma. Me refieron al preparador Marc Rovira, un referente en este deporte, un hombre muy perfeccionista que se ha dedicado en cuerpo y alma a mejorar los resultados deportivos de Jorge Lorenzo. De hecho, ha condicionado su vida para vivir con el propio piloto y vigilar de cerca su trabajo físico y alimentación.