El pentacampeón llegó ayer a Galicia tras conquistar su último cetro mundial
23 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El pentacampeón del mundo ya descansa en casa. Javier Gómez Noya regresó ayer a Galicia con su quinto título mundial bajo el brazo y una sonrisa imborrable que solo el cansancio de un vuelo transoceánico conseguía matizar. «Creo que todavía no soy consciente al cien por cien de lo que logré porque cuando estás inmerso en la competición no piensas en lo que estás consiguiendo. Con tiempo y perspectiva entenderé mejor las cosas», confesaba el triatleta nada más pisar el suelo del aeropuerto de Peinador, a donde llegó a primera hora de la mañana de este martes.
El presidente de la federación de triatlón, Óscar Surís, y un buen puñado de amigos y deportistas le esperaban en la terminal dispuestos a transmitirle de primera mano su reconocimiento. Sin embargo, fueron los niños de un colegio próximo los que acabaron convirtiéndose en protagonistas con sus aplausos y vítores entregados, a los que el pentacampeón respondió con sonrisas, fotografías y autógrafos a pesar de reconocerse cansado y de declarar que ya tenía muchas ganas de regresar a Galicia tras un tiempo lejos de casa.
Desde que en la madrugada del sábado -horario español- se alzara con su quinta corona mundial, Javi Gómez Noya no ha dejado de recibir felicitaciones, aunque las más especiales, confesó, «son siempre las de mi familia». Para ellos fueron sus primeros pensamientos nada más convertirse en el mejor triatleta de la historia. «Me acordé de mucha gente, de mis padres, mi hermano, mi nova y la gente que está en el día a día. Mi entrenador, mis antiguos entrenadores y los amigos que apoyan siempre». Ellos le han acompañado y apoyado en sus sueños a lo largo de los años.
El descanso tendrá que esperar
Una cena con su gente, algo de turismo por Chicago y una carrera leve el domingo por la mañana para recuperar las piernas. Así vivió Gómez Noya las horas posteriores a hacer historia en el deporte. Un plan al que todavía no podrán seguir las vacaciones. «Este fin de semana participo en el Desafío Illas Cíes y estoy encantado de poder estar aquí después de un resultado como el conseguido. También por poder disfrutar de una prueba en Galicia, porque por el calendario internacional no puedo hacer muchas». Luego llegará una última cita con su equipo en Francia, y después el merecido descanso antes de comenzar a pensar en la próxima campaña, donde los Juegos Olímpicos centrarán sus esfuerzos. Y es que, si algo tiene Gómez Noya, es que conserva intacta su pasión por competir. «El hambre de entrenar y competir no varía», sostiene.
Sobre sus méritos para el Princesa de Asturias, el pentacampeón solo habla de su parte. «A mí me gusta más ganar Mundiales y carreras, que son las que dependen de uno mismo. Los premios los otorgan los jurados, y eso ya depende de otros. Yo solo puedo tratar de competir lo mejor posible».