El desafío de la difícil transición

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

DEPORTES

19 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un día antes de que la Federación Española de Baloncesto oficializase el regreso de Sergio Scariolo a la selección, Pau Gasol ya le daba todas las bendiciones y lo colmaba de elogios. No deja de ser un buen recibimiento a un entrenador que asume un complicado desafío: la transición de la mejor generación de la historia hacia una nueva etapa en la que no será fácil encontrar recambios del mismo calibre. Por ese lado no se le puede achacar mojigatería al técnico italiano, que en su anterior etapa en el banquillo conquistó dos oros europeos y una plata olímpica. En los tres casos, con un denominador común en la trayectoria del combinado nacional: fue de menos a más.

Hace un lustro, Pepe Laso, padre del actual técnico del Real Madrid, comentaba en una entrevista que «hay equipos que pueden ganar no acertando, haciendo que el otro anote menos que tú, llegando igualado al final, sabiendo que esto se va a decidir en cinco jugadas porque, en definitiva, el planteamiento es ese: no nos cogen ocho puntos. Y si nos lo cogen, a ver si tenemos una racha de tres ataques». Y entre esos equipos situaba a los de Messina y Scariolo.

El seleccionador aprendió en su anterior etapa en el banquillo que cuando hay talento ofensivo no hay por qué obsesionarse con la defensa, que un frente y el otro son complementarios. Eso es trabajo adelantado. Las bendiciones de Pau previas a la confirmación del regreso parecen apuntar en esa línea.