Podría regresar al Milan, mientras Klopp y Benítez suenan para el club blanco
20 may 2015 . Actualizado a las 10:20 h.Salvo brusco cambio de opinión que se produciría más por falta de acuerdo con otros candidatos que por convicción personal, Florentino Pérez ya tiene decidido cambiar el timón de la nave madridista y prescindir de Carlo Ancelotti, que ya se ve más fuera que dentro del club pese que algunos directivos insisten con su continuidad. A día de hoy, las dos grandes opciones para el banquillo más caliente del mundo son el alemán Jürgen Klopp, libre tras decidir marcharse del Borussia Dortmund, y Rafa Benítez, decidido de dejar el Nápoles con el que acaba contrato. Gusta mucho al alto dirigente merengue el alemán Joachim Löw, pero tiene contrato con la selección germana hasta 2018, con una cláusula de 20 millones y no quiere dejar tirado al combinado nacional a solo un año para la Eurocopa de Francia. Por su parte, el polémico agente turco Bayram Tutumlu ha ofrecido al club blanco al danés Michael Laudrup, campeón de Catar con el Lehwiyla.
Mientras Florentino guarda un prudente silencio y José Ángel Sánchez, director general y hombre de plena confianza del presidente, solo se pronuncia en privado, la única voz autorizada que se expresa en el Real Madrid es su director de Relaciones Institucionales, Emilio Butragueño. Y al exdelantero hay que interpretarle porque dice poco, o nada. «Creo que no es el momento para decidir si Carlo va a continuar o no. Hay un partido por jugar el sábado y al acabar la Liga, veremos todo», afirma Butragueño, que despeja la solución oficial hasta que el 24-M, coincidiendo con las elecciones municipales y autonómicas y el día después del final de Liga. Si quisieran a Carletto, ya le habrían hecho algún guiño.
El italiano espera noticias
Ancelotti espera noticias entre pitillo y pitillo, pero ya se ve lejos de Chamartín. «No tengo nada que hablar con el club. Tengo contrato en vigor y quiero seguir, pero ya entiendo lo que ocurre si no se cumplen los objetivos», dijo Ancelotti tras la eliminación en Champions. Sabe el de Reggiolo que el Real Madrid es una trituradora de técnicos y que ha despedido inmediatamente a los entrenadores que no han ganado alguno de los tres grandes títulos en una campaña. Ni José Mourinho, bien relacionado con Florentino, se salvó de la quema tras cerrar su tercer año en blanco.
Lo mismo le ocurrió al chileno Manuel Pellegrini en el 2010, cuando no le mantuvo ni su contrato. Del Bosque fue ninguneado tras ganar la Liga en el 2003, y antes dos Copas de Europa, y Jupp Heynckes fue destituido tras conseguir la séptima en 1998.
Al italiano le sientan mucho peor las formas que el fondo, porque sabe cómo funciona el negocio del fútbol. Es el técnico de la décima, del récord de 22 victorias consecutivas, de una Copa del Rey, una Supercopa y un Mundialito, y el preparador que devolvió la paz social al club y unió a un vestuario roto en la última etapa con Mou. Su imagen de elegancia y señorío han hecho mucho bien en el club blanco. Él y su entorno entienden que el club ya debería haber conversado con él, después de que en plena racha de triunfos en diciembre comentara que debía renovar de su contrato.
No se aferrará a la promesa incumplida, desea salir de buena manera, más allá de un suculento finiquito. Cobra 7,5 millones de euros netos, solo superado en Europa por los 12 que percibe José Mourinho en el Chelsea, los 11 que tiene acordados Pep Guardiola en el Bayern de Múnich y los 9,6 que cobra Fabio Capello con Rusia. Ancelotti, campeón con el Milan, PSG y Chelsea en Italia, Francia e Inglaterra, se irá sin coronarse en España. Desde Italia se asegura que el Milan le ha tentado para volver. Mantiene una buena relación con la cúpula del club lombardo, donde su director general, Adriano Galliani, considera cerrada la etapa de Inzaghi en el banquillo.