Pese a las críticas, Pablo Laso ya ha conquistado todos los títulos con el Madrid
18 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La papeleta no era sencilla. Hacerse cargo de la herencia que le dejó Messina en el Real Madrid era una tarea para valientes, aunque también una oportunidad para pasar a la historia. En su cuarta temporada, a pesar de las abundantes críticas -más fruto de la frivolidad y de aspectos que no tienen demasiado que ver con el baloncesto-, Pablo Laso (Vitoria, 1967) ha conquistado la Euroliga. En su cuarta temporada en el conjunto madridista, ha disputado 12 de las 15 finales posibles, ganando 8.
Hasta su llegada al banquillo blanco de Pablo Laso se sabía que había sido un jugador de clase más que de físico, un base puro que entendía el juego, un histórico pasador de la ACB con 61 internacionalidades a sus espaldas que creció a la vera de Pepe Laso, su padre, un entrenador de los de toda la vida y aún hoy un maestro al que conviene escuchar.
Al margen de un corto aprendizaje en Estados Unidos, Pablo Laso ligó la mayor parte de su carrera al Baskonia, con el que conquistó una Copa del Rey (1995), en la que además fue mvp. Tras pasar por el Real Madrid y el Girona prolongó su carrera hasta el 2003, cuando con 35 años dejó las canchas en el Fórum Valladolid para hacerse cargo en Castellón del filial del Pamesa. Después, Valencia, Cantabria y Guipúzcoa, donde llevó el equipo a la ACB y forjó un proyecto duradero.
En el verano del 2011 se hizo cargo de un Madrid que había perdido la brújula tras el paso de Messina. Y apareció la apuesta valiente, la de un técnico dispuesto a recuperar el idilio con la grada y reconciliar a la afición blanca con su equipo.
Lo que el gran Messina no logró en un año y medio lo consiguió Laso en apenas siete meses. Un baloncesto atrevido en tiempos en que prima el físico y la defensa. Impregnó al Real Madrid de un sello particular, de la firma de un técnico que ha apostado por el juego ofensivo. La afición madridista regresó en masa a las gradas.
Pablo Laso se estrenó con la Copa del Rey, un título que el Madrid no había catado en los últimos 19 años y cayó en la final de la Liga frente a un Barcelona que de repente se encontró con un rival difícil de digerir. Desde entonces, tres finales consecutivas de la Euroliga, un Ligas y otras dos Copa del Rey. Y ayer, el último título que le faltaba a Pablo Laso en su periplo por el banquillo del conjunto blanco.
La victoria del Real Madrid en la final ante Olympiacos, tras caer en la final de la Euroliga en 2012 (Olympiakós) y 2013 (Maccabi), constituye la guinda de la era Laso en el banquillo del conjunto blanco, consiguiendo títulos y buen baloncesto, además de recuperar la pasión de la grada por una sección que no reinaba en Europa desde hace 20 años.
Quizá el juego haya perdido el vértigo del inicio en beneficio del pragmatismo y la necesidad de conquistar la Euroliga, pero el proyecto blanco sigue siendo uno de los más atractivos del Viejo Continente. Gustavo Ayón y Andrés Nocioni, dos piezas básicas en el título recién conquistado, han sido las incorporaciones de esta temporada. Irascible y vehemente a veces, Pablo Laso ha sabido mover las piezas para, aún perdiendo brillantez, dar más solidez a un proyecto que, además, lleva camino de convertirse en la mejor cantera de Europa.
Por ahora es uno de los cinco técnicos españoles - Joaquín Hernández, Pedro Ferrándiz, Lolo Sainz y Xavi Pascual- que pueden presumir de haber alcanzado el cetro europeo. No es poco.