La Federación Gallega quiere acercarse a los clubes por geografía y áreas
11 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Han pasado 55 días desde que el fútbol gallego decidió cambiar de patrón. Rafael Louzán relevó a José García Liñares al frente de la nave y desde entonces se ha dedicado a reorganizar una entidad que debe seguir dando pasos hacia la modernización. El presidente saliente ya la hizo progresar, pero aún queda un largo camino hasta que la autonomía alcance todo el potencial que se le supone, por ser una de las que tienen más licencias en toda España (ronda las cien mil, lo que le sitúa al nivel de la tercera en importancia). Louzán lo avisó hace unos días en una entrevista publicada en la edición de Pontevedra de La Voz. «Pódese simultanear a Federación coa Deputación (de la que también es presidente) porque isto é unha cuestión de equipos». Y esa es precisamente la tarea en la que se encuentra ahora mismo. «Estamos entrando en materia, analizando como está todo, e a verdade é que trátase dunha federación do século XIX», reconoce.
Louzán ha empezado la organización desde arriba. Señalando a los que serán sus hombres de confianza. Su brazo derecho será Gustavo Falque, curtido en una y mil batallas con el Coruxo. Será su vicepresidente primero, encargándose de controlar y vigilar que todo fluya, amén de aprovechar su experiencia por los pasillos de Madrid, de donde Galicia espera recibir más de lo recaudado hasta ahora. O al menos esa fue una de las reivindicaciones del nuevo mandamás en su campaña electoral.
El presidente ha procurado que casi todos los ámbitos geográficos de Galicia estuviesen representados en su junta. Es una forma de que cada club tenga a alguien cercano al que acudir para que este lleve su voz hasta los máximos rectores. Por ello, además de Falque, habrá otros cuatro vicepresidentes: Juan Luis Villamisar representará al fútbol coruñés; José Manuel Fernández Cid, al ourensano; Carlos Méndez Moreira «Negrín», al lucense; y Javier García Vázquez, al compostelano.
A ellos hay que sumarles vocales que contarán con una responsabilidad específica. El ferrolano Pablo Prieto se encargará del área de fútbol sala, ya reintegrada completamente en la FGF. Ser un hombre reconocible por todos por su pasado en banquillos de primer nivel facilitará esta ardua tarea ante los más «independentistas». Algo parecido sucede con José Manuel Fernández y Aránzazu Ruiz. El primero, que brilló en el pasado por impulsar la cantera del Pontevedra hasta convertirla en una de las mejores de Galicia, se encargará del fútbol base; mientras que Aránzazu es uno de los rostros más reconocidos del fútbol femenino al ser la presidenta de uno de los pioneros en el balompié de mujeres, el Atlético Arousana.
Las últimas dos butacas de la junta serán para dos hombres de confianza de Louzán. Luis Serantes, secretario de organización del PP de Pontevedra, tendrá la difícil labor de hacer rentable una institución repleta de agujeros negros. De hecho, el propio Liñares reconocía en campaña que uno de los grandes problemas que tiene la FGF está en los elevados sueldos de algunos empleados. Eso, y el agujero contable en la mutua. Por último, Amancio Varela, jefe de servicio en el departamento de nuevas tecnologías en la Diputación, será el jefe de comunicación.
Ese es el nuevo puente de mando del fútbol gallego.