El gol de «Baiuca» vale un coche

Montse García Iglesias
Montse garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEPORTES

rober amado

El Estradense celebró el sorteo de «A Bosta da vaca», que ganó un exjugador

29 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El viejo campo estradense de A Baiuca volvió ayer a vestirse de gala. Desde principios de este curso el nuevo estadio lo sustituyó para acoger los partidos del Estradense, pero ayer el club regresó a su histórico hogar en una ocasión muy especial: el sorteo de «A Bosta da vaca». Una iniciativa, con un coche como principal regalo, que la entidad puso en marcha con el objetivo de recaudar fondos y, al mismo tiempo, premiar a sus aficionados y a los que colaboran con ellos. Y hubo buena respuesta. En torno a medio millar de asistentes que desafiaron la gélida tarde para ver cómo evolucionaba sobre el terreno de juego, el último fichaje: la vaca «Baiuca», el nombre artístico para la ocasión.

La res, que llegaba de la parroquia estradense de Riobó y había sido elegida en el rebaño por ser la más mansa, según explicó su dueño Rubén Figueiras de Cabaleiros de Riobó, saltó al terreno de juego en lugar de veintidós jugadores. Lo hizo con ímpetu. A pesar de que no tuvo entrenamiento previo, cumplió su papel a la perfección. Y le dio emoción. Después de que «Coli», la mascota del club rojillo la llevase hasta el centro del campo, a las 17.21 horas comenzó a recorrer el terreno de juego. No se limitó a quedarse mirando en el círculo central y demostró ser una jugadora a la que le gusta correr por la banda y pisar el área. Como si supiese que su misión era intentar que todos los poseedores de las aproximadamente tres mil rifas vendidas viesen que podía defecar sobre su casilla, trotaba por gran parte del césped. Después de unos minutos iniciales en una de las partes del campo, «Baiuca» se decidió por ir también a la otra mitad, pisar las líneas de fondo y aproximarse a las bandas.

«Baiuca», de cuatro años y que en sus tierras de Riobó era conocida como «Marela», demostró vitalidad e incluso intentó saltar la valla. Ayer no tocaba pastar -la hierba del terreno de juego era demasiado corta-. Poco después, a los trece minutos, procedieron a sacarle la capa rojilla que cubría su cuerpo para dejarle más libertad a la hora de los movimientos y que se pudiese ver con mayor claridad en el momento que defecaba. Y después de eso ni un minuto tardó en marcar el punto exacto de la suerte. Los aficionados más próximos gritaron como si de un gol se tratase. Comenzaron las mediciones para determinar las coordenadas y mediante GPS la casilla en la que la vaca rubia gallega había decidido tocar con la fortuna y otorgar el coche. Y la ganadora fue la 5.523, situada en torno a las 3/4 partes de campo.

Si «Baiuca» tardó catorce minutos en decidirse por una parcela para dar el coche, menos lo hizo en aparecer el agraciado con el boleto ganador. Y aquí llegó la sorpresa de la tarde. Desde la grada secundaria comenzó a cruzar el terreno de juego alguien que la conocía muy bien y que varias temporadas defendió la meta rojilla: el actual portero del Estudiantil, Iván Castro Barcala, Makelele.

Pensó que era una inocentada

Makelele, que hasta hace dos cursos había sido jugador del Estradense, tenía la rifa con el número ganador. Se la había dejado su cuñado que no había acudido al sorteo, otro exjugador rojillo, el defensa Daniel Castro, Yupe. Cada uno de ellos había adquirido dos rifas de este sorteo que tomó como referente la del club ourensano Amoeiro, y «Baiuca» decidió depositar sus heces en una zona que el propietario conocía bien, pues era defensa central. «Xa o chamei cando escoitei o número. Díxenllo pero non o cría porque hoxe (por ayer) era día dos Santos Inocentes e pensaba que era unha inocentada», aseguraba Makelele después de recibir la llave del Renault Clio de manos del presidente del Estradense, José Ángel Gestoso. Eso sí, Makelele aguarda poder disfrutar también en alguna ocasión del vehículo. El resto de seis premios de la iniciativa del Estradense ya se sortearon con bombo.