Jorge Casales (Vigo, 1995) trataba de asimilar ayer el éxito conseguido en Francia. «Estoy muy contento y todavía no acabo de creérmelo. Estoy un poco en una nube, pero sé que he conseguido un título que perseguía desde hace mucho tiempo», comentó desde Girona, a donde se mudó el pasado otoño para trabajar a pie de fábrica y en donde la figura de su mochilero David Arnés ha resultado fundamental para su plena adaptación.
El piloto gallego se queda con su récord de precocidad: «Era el primer año que podía hacer un campeonato mundial entero, y batir un récord de precocidad es algo que me llena de orgullo». De todas las felicitaciones recibidas se queda con la de sus padres «y también la de mis amigos, que son muy importante para mí».
Su primera moto
Dieciséis años después, Jorge admite que todavía guarda un especial recuerdo de la primera moto que tuvo en sus manos: «La primera vez que te subes a una moto no se olvida fácilmente, la verdad es que me gustó y cada vez me gusta más y cada vez disfrutó más haciendo moto». Casales no tiene más clave del éxito que «el trabajo», vivir como un profesional cada día.
El piloto habló también de su relación con Gas Gas. «Están muy contentos, pero al mismo tiempo yo les estoy muy agradecido porque se han fijado en mí y han apostado por mí».
Sin embargo apenas le han dejado tiempo para celebrarlo. Ya están trabajando en la puesta a punto de la moto, tiene compromisos publicitarios y por primera vez hará en otoño su pinitos en el mundial de trial bajo techo.