El análisis de los datos biográficos de Usain Bolt permite acreditar que durante sus seis primeras temporadas atléticas compaginó los 200 y 400 metros. Con tan solo 15 años realizó 21,73 y 48,28, respectivamente, pero un año más tarde ya marcó 20,58 y se proclamó campeón del mundo júnior en el doble hectómetro, a la misma edad que la gallega Ana Peleteiro logró también el título en triple salto. Con 17 años corre los 400 metros en 45,35 sg, un gran registro. Pero, lejos de obcecarse con esta distancia, su planificación deportiva se centra en la velocidad corta, siendo el primer júnior del mundo en bajar de los 20 sg (19.93) en los 200 metros. Esta supuesta visión de futuro de su entorno técnico, y supongo que fruto de su deseo, fue determinante, a mi juicio, y un gran acierto. Le permitió, ya con 21 años correr en 10,03 y en el 2008 registrar 9,69, récord mundial del hectómetro, complementado su palmarés con otras dos plusmarcas en la temporada siguiente con 9,58 y 19,19 sg.
Reconocido este acierto, creo que el gran reto de Bolt sería dirigir sus últimos años de entrenamiento a ser el primer hombre en bajar de los 43 sg en los 400 metros y, de paso, en proclamarse plusmarquista simultáneo de las tres carreras de velocidad individual. Nadie lo ha conseguido hasta el momento y solo él podría hacerlo. Personalmente me encantaría que, al menos, lo intentase. Tiene todos los ingredientes necesarios para batir la plusmarca de Michael Johnson. Solo le falta el deseo y el compromiso.