Otro oro para la eternidad

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Echegoyen -a la derecha-, junto al resto de su equipo al concluir la competición en Busan.
Echegoyen -a la derecha-, junto al resto de su equipo al concluir la competición en Busan. kim wolf< / span>

Echegoyen y Toro logran en Corea el único título que faltaba en su palmarés

10 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

A diferencia de lo que ocurrió en los Juegos Olímpicos de Londres, esta vez no eran una sorpresa. El equipo patroneado por la pontevedresa Támara Echegoyen, oro en la cita de a capital británica junto a la coruñesa Sofía Toro y la asturiana Ángela Pumariega, partía entre las favoritas en el Mundial de Match Race que ayer concluyó en Busan (Corea del Sur). Pese a que contaba con una tripulación remozada (aumentada hasta cinco personas, por el cambió de eslora del barco a 30 pies, aproximadamente nueve metros) y en el que faltaba Pumariega del grupo que había hecho historia en la bahía de Weymouth, las nuevas xiquitas no defraudaron. Llegaron hasta la final con un expediente inmaculado y vencieron a Dinamarca en la ronda decisiva. Para Echegoyen y Toro significa el oro que amplía su leyenda. El único metal que faltaba en su excelso palmarés, adornado por el Europeo y los Juegos.

Las gallegas Támara Echegoyen, Sofía Toro y Lara Cacabelos, la canaria Eva González y la portuguesa Mariana Lobato certificaron ayer el dominio que habían exhibido durante toda la semana en aguas de Busan. Primero concluyeron el primer round robin (la liguilla de todos contra todos y que decide quienes entrarán en la lucha por las medallas) con 16 triunfos consecutivos. Pero no quedó ahí la cosa. Se plantaron en la final sin haber concedido ni una sola derrota. Allí les esperaba el barco patroneado por la danesa Camilla Ulrikkeholm.

Similitudes con Londres

Pero la empresa no iba a ser sencilla. Sucedió algo similar a lo de los Juegos de Londres. El viento de 25 nudos favorecía a las características del barco rival. En Weymouth, a la australiana Olivia Price le iban este tipo de condiciones duras. En teoría era un equipo más pesado que el español y que aguantaba mejor las rachas intensas. Pero en los Juegos, como ayer, la habilidad de Támara Echegoyen y sus tripulantes acabó doblegando las virtudes de sus contrincantes. Y como le pasó al barco de Olivia Price, el de Ulrikkeholm también perdió uno de sus componentes por la borda.

Un golpe del que no consiguió rehacerse, a pesar de que había liderado la final por dos victorias a cero. Solo le faltaba una para alcanzar el oro. Sin embargo, en las situaciones límite es cuando más brilla el talento y en eso, el grupo de Echegoyen parece inigualable.

«Creo que tenían más velocidad que nosotras y fue complicado permanecer en cabeza, pero si habíamos ganado durante toda la semana, sabía que podríamos hacerlo una vez más», decía la patrona campeona del mundo tras tocar tierra firme.