Nada está decidido por abajo. La jornada de ayer sirvió para que el Granada y el Osasuna encontrasen la salvación, el respiro necesario para poder afrontar el último examen del curso con los deberes hechos. Alejados del pulso frenético que mantendrán cuatro equipos (Deportivo, Celta, Zaragoza y Mallorca) que se jugarán las tres plazas del descenso. Cuatro clubes separados por apenas dos puntos que harán que el próximo sábado la Liga viva un auténtico final de infarto. En el apartado negativo, que solo uno de los dos grandes del fútbol gallego podrá permanecer en la máxima categoría. No hay sitio para más. En la parte alta, Valencia y Real Sociedad se batirán por la cuarta posición. Uno de los dos acompañará al Barça, Real Madrid y Atlético en la Liga de Campeones.
Granada
Una derrota sin peligro
Tenía enfrente un rival complicado. El Valencia quiere vivir la Champions. Ha sometido a la Real Sociedad a una presión excepcional en el último trecho de la campaña hasta sobrepasarla. El Granada perdió, pero los tropiezos del Zaragoza y del Deportivo salvan matemáticamente a los de Lucas Alcaraz, que con 39 puntos aguantarán en Primera. Quizás el potencial de esa plantilla no merecía el tremendo sofocón.
Osasuna
Alivio tras la remontada
Empezó su encuentro ante el Sevilla en el Reyno de Navarra de la peor forma posible. Encajó el gol de Álvaro Negredo y el empate de la Rosaleda hacía que el Deportivo le echase el guante en la clasificación. Impreciso y nervioso, el equipo de Mendilíbar naufragaba en su campo. Entonces emergió la figura de Puñal. Jugador emblemático en la plantilla ejecutó un misil ante el que nada pudo hacer Beto. A partir de ahí, el empuje de la afición hizo el resto. El portero Andrés Fernández ejerció de héroe en la última acción del choque cuando le sacó un mano a mano a Negredo. La falta de mordiente ofensiva parecía que condenaría al Osasuna, pero su arreón le ha servido para sostenerse en la élite. Al Sevilla no le queda ningún consuelo. Ha ido perdiendo espíritu competitivo a ritmo de récord.
Zaragoza
Se desinfla día a día
El conjunto de Manolo Jiménez es el que peores sensaciones transmite en este final de campaña. Acostumbrado a padecer este tipo de apretones en las últimas campañas, parece que este año no llega con la misma fuerza que en ocasiones anteriores. El Betis lo barrió del terreno de juego. Desde el minuto uno hasta el noventa, los futbolistas maños desaparecieron del césped del Villamarín. Su apatía propició la goleada de los locales.
Sus cuentas para la última jornada, en la que se medirán al Atlético de Madrid en la Romareda, son claras: si empata necesita que pierdan el Deportivo y el Celta, y que empate o pierda el Mallorca. El triple empate con el Deportivo y el Celta los condena a Segunda; la victoria frente a los de Simeone les dejaría en Primera si pierden o empatan Dépor y Celta. Carambolas que no serán sencillas, aunque si algo ha demostrado este año el torneo de la regularidad es que no hay nada imposible.
Mallorca
Poca energía y un milagro
A los de Gregorio Manzano el empate a cero goles ante el Atlético de Madrid los mantiene en la UVI hasta el último enfrentamiento del campeonato. Pero sus posibilidades de no precipitarse al pozo de Segunda División parecen remotas. El equipo languidece de tal forma que ya es el colista de la categoría y solo un milagro lo dejará con los mejores. Es cierto que tienen un rival asequible en la última jornada. Recibe al Valladolid, que no se juega absolutamente nada, en el Iberostar, aunque el triunfo no es ni mucho menos garantía de permanencia. Los baleares tienen que ganar y que pierdan el resto de los conjuntos implicados en el descenso para conservar la división. El empate del Dépor no le sirve, aunque sí el del Celta y el del Zaragoza.
La plaza de Champions
Un duelo que pasa por Riazor
Igualar a tres ante el poderoso Madrid es meritorio. La Real Sociedad logró ayer un nuevo hito en esta trepidante campaña que le permite llegar con opciones de meterse en la Liga de Campeones en la última jornada. Necesita el fallo del Valencia y ganar al Deportivo, implicado en el descenso, en Riazor.