Los tres protagonistas de Mosteiro coincidieron en su deseo de que algo así no se repita. Al margen de la agresión, Pastor aprovechó además para reclamar que los entrenadores reciban clases obligatorias de primeros auxilios.
Álvarez adelantó que «por iso que pasou non vou deixalo. Eu a ninguén lle collo rencor. Agora hai que esquecelo todo». Unas palabras que la víctima de la agresión pronunció con el presidente del Mosteiro a su lado. Al saber de la visita de Álvarez, Juan José Mouriño se desplazó al campo meisino para trasladarle personalmente las disculpas en nombre del club y de su afición. «A ver se dunha vez se pode ir aos campos tranquilos», manifestó el mandatario, que disculpó que su directiva no pudiese identificar al agresor del delegado del Beluso al encontrarse en el terreno de juego tratando de sofocar la tangana entre los dos equipos.
El secretario del club de Bueu, Francisco Fernández, criticó ayer esa falta de identificación, pero pidió que no se criminalice al Mosteiro. Con una batalla legal pendiente aún a raíz de una agresión hace 3 años a uno de sus jugadores, el Beluso y su delegado no saben todavía si denunciarán.