El castigo de Adán y Benzema

Amador Gómez MDRIA / COLPISA

DEPORTES

Mou condenó al ariete al banquillo y al meta en la grada

19 feb 2013 . Actualizado a las 12:29 h.

Con Arbeloa sancionado para recibir al Rayo, José Mourinho no castigó a Sergio Ramos con el banquillo, como hizo ante el Manchester City cuando el central sevillano respondió públicamente al técnico por unas críticas que incendiaron el vestuario. El portugués dio una vuelta de tuerca aún más sorprendente, no solo al relegar a la suplencia a Benzema por su bajo estado de forma, sino por humillar a Adán, a quien utilizó en su guerra personal con Casillas y el domingo ni siquiera econvocó.

La explicación sobre el caso Adán solo la puede dar el entrenador, porque su ayudante, Karanka, se limita a comentar que «las decisiones son por el bien del equipo en cada partido». Adán tendrá muy complicado asumir la situación, ya que si hace un mes y medio era titular, supuestamente por estar mejor que Casillas, cuando el Madrid se dispone a afrontar dos de sus partidos más trascendentales de la temporada , incluso ha cedido su puesto al tercer guardameta, Jesús.

Mourinho se quejó de que a Adán se le faltase al respeto cuando su divorcio con Casillas sacudió el Bernabéu, tras airearse que el guardameta no se entrenaba como debía y necesitaba un toque de atención.

Con el vestuario dividido con el entrenador, Mourinho generó un nerviosismo innecesario en Adán y desde el primer momento como titular se pudo comprobar que su ansiedad y el presunto pedestal en el que le colocó el portugués le perjudicó. Su penalti y expulsión ante la Real el día de Reyes le sentenció. Antes de que el fichaje de Diego López obligado por la grave lesión de Casillas frenase unas esperanzas que Mourinho ha arruinado de forma definitiva al llevarle a la grada. El técnico nunca ha confiado en Adán, al igual que una afición que entiende que no tiene categoría para defender la portería del Real Madrid.

Morata antes que Benzemá

El aviso a Benzema tampoco ha sido sutil, sino contundente, ya que con Higuaín sancionado, Mourinho prefirió apostar por Morata. Pretende una reacción inmediata del francés, a quien no concedió un solo minuto frente al Rayo. Higuaín tampoco está nada fino y, si sus dos únicos delanteros centro del primer equipo están erráticos, al Madrid no le queda otra que agarrarse a Cristiano o a alguna acción a balón parado, como ocurrió el domingo con un cabezazo Sergio Ramos.

Considerado por Mourinho el culpable del gol del Manchester, el sevillano contestó el miércoles a su entrenador, pero la del domingo insistió con más fuerza: «Cada uno es libre de opinar, tanto el míster como nuestros compañeros, pero mi estilo y mi educación es no señalar nunca a nadie». El indisimulado enfrentamiento vivió así un nuevo capítulo en el seno de una plantilla sometida a un estado de tensión permanente. Incluso Mourinho fue amonestado el domingo por saltar del banquillo en el minuto 74 y gritarle a Paradas Romero: «¡Es tarjeta esa mano!». Es el clima de desasosiego instaurado por Mou.