Después de la sentencia de la grada de Riazor el pasado sábado contra Lendoiro, pidiendo a gritos su dimisión, ayer apareció una pintada en una de las paredes del estadio municipal.
La misma, que no lleva firma, es directa: «Lendoiro dimisión». Cada vez son más los que cuestionan al presidente del Deportivo. El dirigente, que lleva cobrando como profesional de la entidad desde 1999 y acumula ya unos nueve millones de euros, es visto por los aficionados como el máximo responsable de la crisis tanto social como deportiva que atraviesa el Deportivo.
Después de hundirlo económicamente, Lendoiro se alió el pasado verano con Jorge Mendes para confeccionar una plantilla que es última en la Primera División a seis puntos de la salvación y que cada fin de semana ofrece una pésima imagen. La grada no aguanta más la situación y cree que ha llegado el momento del relevo.