La moañesa destaca la fibra de Caco y la fortaleza de Pacheco y Stefan
21 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.A Nerea Videira Estévez le apasiona el fútbol. De una manera u otra, lleva toda su vida vinculada al deporte rey. Practicó el remo, el baile y el atletismo, pero ya de niña había caído bajo el hechizo del fútbol. Defendió la camiseta de varios equipos, entre ellos el Bértola y el ya desaparecido Pontevedra femenino, sin embargo, cuando estudiaba INEF (Actividad Física y el deporte) descubrió que su verdadera vocación no era golpear el balón. Su pasión es la readaptación de lesionados.
Se licenció en la Facultade de Educación e do Deporte, y al comprobar las pocas salidas profesionales que existían en el mercado, hizo las maletas y estudió Fisioterapia en Manresa (Barcelona).
«Lo que me gusta del fútbol es el papel del readaptador», confiesa esta moañesa de 28 años que es, desde este año, la fisioterapeuta del Pontevedra. «Ser chica es un handicap para convertirse en readaptador», afirma. La figura del readaptador pretende evitar que un jugador que atraviesa una lesión de media o larga duración pierda resistencia y capacidad física.
Su trabajo de fisioterapeuta en el Pontevedra le permite también ejercer de readaptadora, responsabilidad que comparte con el preparador físico granate, Fran Comesaña.
Sus días son largos. Trabaja de 8 horas a 15 en el Centro de Rehabilitación de la Unidad del Deporte del Hospital Domínguez, y por las tardes le toca el turno con los pupilos de Milo Abelleira. Precisamente su puesto en el centro hospitalario le facilitó el camino para convertirse en la fisio del Pontevedra. Ya había colaborado con el Bahía B y el Moaña, pero su trabajo en el Pontevedra, reconoce, «es raro que se lo concedan a una chica».
Su presencia en el vestuario es una prueba más de que el fútbol dejó de ser un universo masculino. Habla de fútbol, de la filosofía de juego de Milo, y concluye que su trabajo «es ideal. El Pontevedra es un muy buen grupo y me tratan muy bien», detalla Nerea Videira. De momento, y aunque todos los jugadores están en una forma física excelente, afirma, sí le impresiona «lo fibroso que es Caco, y lo fuerte que son Pacheco y Stefan».
A Caco, de hecho, le recomienda «que sepa llevar lo de su lesión con tranquilidad». El lateral se operó en febrero por una rotura parcial del ligamento cruzado y, desde entonces, se recupera. «Es normal ya que son muchos meses inactivo. Le pueden las ganas», apunta la fisioterapeuta granate.
«Ahora prácticamente solo vivo por y para el fútbol», bromea Nerea. Si su agenda no está lo suficientemente ocupada, la fisio del Pontevedra también juega al fútbol sala con el Leis. «Mi prioridad es el Pontevedra», matiza. El color granate forma parte de su vida. «El equipo, la ciudad y la afición se merecen ascender», sentencia.