Experiencia de grado mundial

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Carlos Bermúdez de Castro, regatista gallego de 85 años, ha participado junto a su hijo Chuny en el Nacional y Mundial máster de Snipe

19 sep 2012 . Actualizado a las 11:54 h.

Galicia sigue teniendo mucho que decir en la vela. Esta aseveración no tiene fecha de caducidad. El Real Club de Regatas de Santiago de la Ribera asistió la pasada semana a la enésima lección del regatista gallego Carlos Bermúdez de Castro (A Coruña, 1928), el más longevo en el Campeonato del Mundo y de España master de snipe.

En la competición para veteranos, el gallego se llevó la palma. Y un reconocimiento. En féminas, la brasileña Bibi Juetz (de 79 años de edad) fue su réplica. Y ambos, lejos de arredrarse con el ímpetu de los jóvenes, cuajaron una excelente actuación.

Carlos Bermúdez fue el patrón de la embarcación en la que su hijo Chuny (que participó en cinco vueltas al mundo) era el proel. Ambos terminaron en la decimoséptima posición en el Nacional y en la 46ª en el Mundial.

En la clase master para el snipe se exige que el patrón tenga más de sesenta y cinco años de edad, y que entre él y el proel (que debe ser mayor de 25) sumen más de noventa. Carlos Bermúdez destaca «la comodidad de la regata gracias a la organización» inmediatamente antes de matizar: «A pesar de ello, los años van pesando. Han sido siete regatas y he terminado baldado». «Aunque la carrocería aguanta, ya falta algo de motor», compara el patrón gallego.

Hacía diecinueve años que el gallego no regateaba en una competición de la categoría de la que se celebró en la localidad murciana la pasada semana. Había sido con motivo del Mundial de snipe que se disputó en Córdoba (Argentina). Pero su pareja en la embarcación era la misma, su hijo Chuny. «El mérito es suyo. Es un ejemplo en el mundo de la vela. Su ayuda fue grandiosa. Claro que es la misión del proel, pero si llega a ser uno normalito no hubiésemos hecho nada. Pero con uno excepcional como él, la cosa cambia», relata.

Paréntesis

En aquella cita argentina, Carlos Bermúdez decidió aparcar la vela, aunque no dejó de participar en trofeos locales y de regatear por ocio en Portosín y se dedicó al cuidado de su esposa Mary Muñoz Calvo, que hasta ese momento era su más ferviente seguidora. «Por eso, esta participación en el Mundial y Nacional de snipe fue especial», argumenta. Por eso, y porque su hijo Chuny y unos amigos le convencieron para que sirviese también de homenaje al fallecido almirante Marcial Sánchez-Barcáiztegui.

Y aunque antes ya había disputado más Mundiales con su otro hijo Carlos (Vilamoura y Santiago de la Ribera, entre otros) y aunque Chuny ya había aparcado el snipe (tras ser campeón de España en varias categorías), ambos decidieron afrontar el reto. «La verdad es que ha sido un poco duro, porque el Mar Menor tiene una ola muy corta y los roles hacen cambiar el rumbo a cada momento. Dimos la puntilla en la última regata, pero el sábado fue una jornada especialmente complicada. Una ola nos pasó por encima y yo me fui al agua. El proel me agarró por una pierna y seguimos la regata, pero esos episodios se pagan caro», analiza.