Pero a partir de ahí el checo se desquició, comenzó a fallar todo lo que no erró en cuartos ante el suizo Roger Federer y terminó el encuentro, de tres horas y 58 minutos, con 64 errores no forzados por 20 del británico.
Murray, en cambio, comenzó a sacar provecho del viento, cortando sus pelotas y dejando drops para que el checo corriese. El británico, medallista de oro en los recientes Juegos Olímpicos de Londres, se apuntó la segunda manga y bordó la tercera: ganó sus tres juegos en blanco, no falló un primer saque y rompió a su rival en tres ocasiones.