«Ahora ya puedo disfrutar»

DEPORTES

01 ago 2012 . Actualizado a las 11:20 h.

Una adolescente como Bea Gómez (Pontevedra, 1994) encarna la gran esperanza de la natación gallega. Es una niña con resultados de mujer, que empezará a escribir su futuro en los siguientes Juegos, en Río 2016. Ayer por fin pudo relajarse tras una temporada muy dura de trabajo. «Ahora ya puedo disfrutar más de todo. No estaré tan pendiente de dormir la siesta, y podré ir de paseo por la villa olímpica. Estoy bastante contenta con mi actuación. Alcancé la semifinal, que era mi objetivo principalmente. Aunque me da rabia no haber aprovechado la otra oportunidad para rebajar mi marca», explica.

-Los últimos meses de concentración, con una severa disciplina, habrán sido duros. Pero ya toca relajarse.

-Sí, pero nos siguen controlando mucho. En primer lugar, quiero ver toda la villa, porque hay un montón de sitios donde regalan cosas. Y me gustaría hacerme fotos con los mejores deportistas y pasármelo bien.

-En su prueba de 200 estilos batió el récord del mundo la china de 16 años Shiwen Ye, que asombra en los Juegos.

-Yo creo que tiene algo, un secreto, porque no es normal que una niña nacida en 1996 esté haciendo eso.

-¿Piensa mal?

-No. No quiero pensar mal.

-En las semifinales de 200 estilos solo la china era más joven que usted. ¿En los Juegos de Río 2016 podría ser finalista o subir al podio?

-No sé qué pasará en cuatro años. Haré lo que pueda.

-Antes de los Juegos no sabía siquiera si seguiría nadando. Pero ahora tiene claro que quiere repetir esta experiencia.

-Claro, es que pueden pasar muchas cosas. Pero ahora tengo más ganas de llegar a Río y volver a vivir esta experiencia.

-Su entrenador, Pepín Rivera, recuerda que otro salto de nivel conllevaría más sacrificios.

-Sí. Para llegar a cumplir esos objetivos creo que tendría que irme a otro sitio a entrenar. Por una parte, eso me apetece porque me voy haciendo mayor, pero por otra me gusta estar en casa.

-Hizo una gran remontada en la serie inicial. Tiene margen de mejora al inicio de la prueba.

-Sí, me cuesta un montón la parte de espalda. ¡Qué le voy a hacer!

-En Londres la acompaña parte de su familia para sentirse más arropada.

-Es difícil no verlos. Vinieron mi madre y sus amigas, mis hermanas, mis tíos, mis primos... Ayer se quedaba todo el mundo parado mirándoles, se querían hacer fotos con ellos... [ríe]. Van por ahí todos con la cara pintada, mi nombre escrito y camisetas con mi foto. Verlos aparecer gritando mi nombre, y que la gente se quedara alucinada, me hizo mucha ilusión.