Scott, a 18 hoyos de la gloria

madrid / efe

DEPORTES

Está cerca de ganar el Abierto Británico, primer grande de su carrera

22 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Transcurridas tres rondas del Abierto Británico en Royal Lytham (Inglaterra), el australiano Adam Scott recuperó ayer el liderato de este tercer torneo de Grand Slam del año, para encarar así la recta final con 4 golpes de ventaja y por primera vez poder conquistar un major.

A Scott, de 31 años y ayer 68 golpes (-2), le separan 18 hoyos para entrar en la historia del Grand Slam. Nunca ganó un grande ni tampoco lo lideró para la ronda decisiva.

El aussie ha jugado trece Abiertos Británicos consecutivos sin éxito, desde el 2000, aunque en su palmarés figuren torneos internacionales de prestigio que le han llevado al decimotercer puesto del ránking mundial.

Con cuatro golpes como colchón, Scott es el que cuenta con más probabilidades de salir en la foto alzando la Jarra. Pero un domingo de Abierto ha velado decenas de esas instantáneas soñadas por todo golfista de élite. Y cuando por detrás del líder aparecen nombres como los de Graeme McDowell, Tiger Woods o Brandt Snedeker, las dudas convierten el desenlace en una entelequia.

Diecisiete jugadores siguen bajo par, pero el racimo de candidatos a la Jarra de Clarete se cierra prácticamente en Scott (-11), el norirlandés McDowell (-7), el estadounidense Snedeker (-7) y Woods (-6).

Ninguno de los golfistas españoles en Lytham estarán en esa pelea por este año, después de un discreto transcurso desde el inicio del torneo: Miguel Ángel Jiménez es el mejor, en el puesto número 43.

Sin españoles que emular a Seve Ballesteros -ganó dos Jarras de Clarete en este campo-, Scott, el hombre cuyo swing fue comparado con el de Tiger Woods por su asombrosa similitud (compartían a Butch Harmon como entrenador), podría convertirse en el decimoquinto campeón distinto consecutivo en los torneos de Grand Slam, desde agosto de 2008, y el quinto australiano en penetrar en la historia del Abierto Británico. El último fue Greg Norman, en 1993 (Royal St.George).

Scott y McDowell compartirán partido estelar, mientras Tiger y Snedeker estarán a rueda. Los 70 golpes (par) de Tiger evitaron el choque entre el australiano y el exnúmero uno del mundo, y el mano a mano hubiese tenido su morbo por varias razones: el tipo de swing de ambos y el asunto del caddie.

De aquel swing robótico de Tiger, que calcó Scott a comienzos del siglo XXI, quedan pocas trazas. Lo única curiosidad entre ambos es que el caddie actual de Scott es el neozelandés Steve Williams, que fuera ayudante de Tiger y con el que conquistó 13 de sus 14 Grandes.

Tiger despidió a Williams, y este cargó dialécticamente contra el que fuera su jefe. Quizá Adam Scott encuentre una motivación extra si quiere vengar aquel finiquito que rompió el idilio más productivo de la historia del golf moderno.