Tras los pasos de Serge Ibaka

Aleixandre Méndez
Álex Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

RAMON LEIRO

Un documental sobre el pívot de los Thunder lo animó a probar el baloncesto

28 abr 2012 . Actualizado a las 09:00 h.

A sus 15 años, Cedric Belemene camina a pasos agigantados hacia la élite del baloncesto. Este joven congoleño de 2 metros es hoy una de las referencias del Marín Peixegalego júnior, equipo con el que entrena y juega habitualmente pese a encontrarse todavía en edad cadete. Su gran proyección le ha llevado a alternar entre el equipo entrenado por Alberto Abalde y el cadete que dirige Javier Llorente.

Nacido en Pointe-Noire (Congo), Cedric se inició en el deporte a los seis años en el colegio, siguiendo el ejemplo de sus padres. Él, amante del voleibol; ella, del atletismo. «Mi padre era deportista y militar, y desde pequeño fui a una escuela donde aprendí a jugar al fútbol a los 6 años», explica en un correcto español, pese a llevar menos de un año y medio viviendo en nuestro país.

El ejemplo de su padre lo animó a iniciarse en el voleibol, hasta que un documental en la televisión de su país le hizo descubrir el baloncesto. «Un día vi un documental en mi país sobre Serge Ibaka, un jugador de mi país que había dado el salto al baloncesto español y ahora juega en la NBA. Aquel reportaje me impresionó, y a partir de ahí empecé a interesarme por el baloncesto», recuerda.

Padrino de lujo

Sus condiciones innatas para el deporte de la canasta pronto llamaron la atención de los ojeadores. Su progresión como jugador era meteórica, y a finales del 2010 se le abrieron de par en par las puertas del baloncesto europeo. «Llegué a España después de participar en un Campus en la República Democrática del Congo. Allí estaba Anicet Lavodrama, y él me ayudó a venirme aquí», cuenta.

El pívot centroafricano, mito del OAR Ferrol y uno de los jugadores más destacados de la ACB en las décadas de los 80 y 90, fue su principal valedor para llegar a España. Así que Cedric no se lo pensó dos veces y dejó allí a su familia para iniciar una aventura en busca de su sueño: convertirse en jugador profesional de baloncesto.

Pocas semanas después de su debut con el club marinense, su calidad lo llevó a ser seleccionado por la Federación Gallega para disputar el Campeonato de España cadete en Córdoba. «Eran mis primeros meses en España, y no sabía apenas hablar español. Aquel campeonato no me salió demasiado bien, pero la verdad es que aprendí mucho del juego de aquí, que es muy diferente al de mi país», reconoce con humildad.

Hoy, Cedric ya se ha adaptado completamente a la vida en Marín. Allí convive en una residencia con otros compañeros extranjeros del equipo como Ted o Kyril, lo que ha facilitado su integración. «En el vestuario hablamos ucraniano, idiomas africanos, español... Un poco de todo», cuenta. El idioma, sin duda, no ha supuesto ningún obstáculo para el jugador.

Este año cursa 4º de ESO, y su adaptación ha sido tan rápida que ya se ha integrado en una clase sin necesidad de atención especial, fruto de su dominio del idioma. Y es que, además de buen jugador, se podría decir que también apunta buenas maneras para los estudios. «En el colegio, menos galego, todo bien. Sí que es cierto que he suspendido alguna asignatura en el primer y segundo trimestre, pero las voy recuperando», explica.

Un sueño por cumplir

Pese a su juventud, Cedric demuestra tener una cabeza muy bien amueblada, en la que los sueños de adolescencia conviven con la certeza de que los objetivos solo se cumplen con mucho esfuerzo y sacrificio. Sabe que el camino será duro, pero ya tiene clara su meta. «Me gustaría jugar en la NBA, en concreto en los Miami Heat. Allí está mi jugador favorito, LeBron James», afirma.

Mientras llega ese día, Cedric sigue quemando etapas en el baloncesto de base, asombrando a propios y extraños con sus grandes dotes para el baloncesto. En dos semanas, disputará el Campeonato de España júnior con el Peixegalego de Alberto Abalde en Zaragoza; y solo quince días después, lo hará con el equipo cadete que dirige Javi Llorente en Marín, donde tanto él como sus compañeros intentarán demostrar que el futuro del baloncesto está en sus manos.

Con solo 15 años, resulta arriesgado predecir donde está el techo de Cedric. Quizá, algún día, se encuentre en el camino con un Serge Ibaka que despertó su pasión por el baloncesto.

Cedric Belemene Jugador cadete del Marín Peixegalego