El 1 de junio de 1994 el Compostela escribió la página más brillante de sus 50 años de historia. Lo hizo en Oviedo, en el Carlos Tartiere. Firmó con letras de oro el ascenso a Primera División, algo impensable años atrás. Y lo hizo sufriendo al máximo. Fue en una promoción, estando en Segunda y ante un equipo de Primera. Enfrente estaba el Rayo Vallecano, cuya estrella era Hugo Sánchez, el hombre récord del gol en España hasta la llegada de Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Primero, empate en Vallecas (1-1), en donde el mexicano falló un penalti. Luego, tablas en San Lázaro (0-0), con David Vidal en el banquillo madrileño. El desempate, en tierras asturianas. Miles de aficionados santiagueses se desplazaron a Oviedo y disfrutaron como nunca con los goles del nigeriano Ohen (marcó dos) y José. El Compos, contra todo pronóstico, se convirtió en equipo de Primera, con plenos poderes para competir en la liga de las estrellas. Era un niño En la grada, entre los miles de hinchas blanquiazules, estaba un niño de tan solo quince años, que jugaba en el cadete del Compos. Manuel Castiñeiras (Santiago, 1979), hoy uno de los pesos pesados del actual Compos, lo recuerda todo como si aconteciese hace dos semanas: «Os goles de Ohen, o terceiro de José que sentenciou. A euforia e a ledicia da xente. O teño todo na miña mente para o resto da miña vida», cuenta el central blanquiazul, que este domingo podría vivir un nuevo ascenso con el conjunto santiagués. Manuel disfrutó en la grada del Tartiere, pero festejó en el césped otro cambio de categoría, de Segunda B a Segunda A en el 2002 cuando con Luis Ángel Duque eliminó en una liguilla al Mérida y a los potentes filiales de Barcelona y Valencia. Esa temporada debutó en el primer equipo. Curiosamente, el segundo entrenador era el otro protagonista de este reportaje. Suso Moure (Santiago, 1961) estaba en el terreno de juego del Tartiere y consiguió algo insólito en el fútbol español. Llegó de Tercera a Primera en tan solo cinco años y debutó en la máxima categoría el año de su retirada. «Foi un día moi especial», recuerda el único santiagués de la plantilla que entrenaba Fernando Castro Santos. «Foi todo moi rápido e moi emotivo», insiste. Gran movilización Moure no tiene que pensar mucho, pues mantiene todavía las imágenes grabadas en su cabeza y en su corazón: «Case que pasaron vinte anos, pero esto é imposible que se poida esquecer. Nunca vin moverse tanta xente en Santiago», explica. ¿Podría repetirse aquel milagro?. Suso Moure lo tiene claro: «Non é doado. Teríanse que dar moitas circunstancias, e todas moi positivas e especiais. Os tempos agora non son bos e non vexo a curto e medio prazo que o Compos poida retornar á máxima categoría», cuenta un deportista que vivió en primera persona media vida de la historia de la S.D. Como jugador y técnico se pasó veinticinco años en la casa blanquiazul, que cumple este verano su cincuenta aniversario.