Ambos comienzan ganando tras el primer desencuentro que se les conoce.
17 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El inicio del Open de Australia, jornadas con rutina y triunfos de los mejores, como los de ayer de Rafa Nadal y Roger Federer, lo anima una grieta en el idilio que ambos mantienen desde que se conocieron. La víspera del primer grande del año, el español criticó al suizo por ignorar las reivindicaciones de los jugadores ante la ATP, la federación internacional y los cuatro majors: «Es muy fácil decir yo no digo nada, todo es positivo, quedo como un gentleman, y que se quemen los demás». 24 horas después, tras apagar el fuego cara a cara, se arrepintió por sincerarse ante la prensa.
«Lo que dije, lo dije. Siento habérselo dicho a los periodistas, y no a él personalmente. Probablemente me equivoqué contándoselo a los periodistas, esas cosas deben quedarse en el vestuario. Siempre he tenido una fantástica relación con Federer. Podemos tener visiones diferentes de cómo debe funcionar el tour. Hablé demasiado», se excusó Nadal después de barrer a un jugador procedente de la previa, el estadounidense Alex Kuznetsov, por 6-4, 6-1 y 6-1. Exhibió el juego agresivo que persigue para recobrar el dominio en el tenis mundial. Como prueba de su vocación atacante, su balance de 42 golpes ganadores y 14 errores no forzados con la nueva raqueta, tres gramos más pesada en la punta, para generar más potencia a costa de sacrificar cierto control. Mañana jugará con el alemán Tommy Haas, vencedor del norteamericano Denis Kudla en cinco sets.
Federer ganó sin sobresaltos al ruso Alexánder Kudryavtsev, que aguantó hasta el 5-5 antes de perder por 7-5, 6-2 y 6-2. Elegante, el suizo no quiso lavar los trapos sucios ante la prensa, y quitó importancia a las discrepancias: «Las cosas están bien entre nosotros. No le guardo rencor. Los últimos meses han sido duros en términos de política en la ATP. Eso puede ser frustrante. Obviamente, para mí no cambia nada en nuestra relación. Me siento bien y relajado en lo relativo a este tema. Me pareció que él también».
Federer preside el consejo de jugadores de la ATP, del que Nadal es vicepresidente. Siempre defendieron los mismos planteamientos. Ahora el español juega un papel más reivindicativo, con los que promovieron una futura huelga en la asamblea de tenistas del pasado fin de semana en Melbourne, según DPA. El suizo valora los avances de los últimos meses, que recortan este año dos semanas el calendario, y apuesta por la diplomacia.
«No siempre se puede estar de acuerdo en todo. Antes, él solía decir que lo que yo decidiera estaba bien, pero hoy es mucho más maduro. Tiene opiniones fuertes propias, y creo que eso está muy bien», añade Federer, que jugará mañana en segunda ronda contra el alemán Andreas Beck, que derrotó al francés Eric Prodon.
«Es muy fácil decir yo no digo nada, todo es positivo, quedo como un ?gentleman?»
Sobre el suizo, el domingo
«Me equivoqué contándoselo a los periodistas»
Ayer, tras superar a Kuznetsov
«No le guardo rencor. Para mí no cambia nada en nuestra relación»
Ayer, tras ganar a Kudryavtsev