La adaptación de Oltra al Deportivo

DEPORTES

05 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En un momento de la temporada, José Luis Oltra, en una de sus numerosas regañinas a los periodistas, les echó en cara que no eran conscientes de la actual situación del Deportivo, de lo que significaba la Segunda División y demás asuntos tangenciales al juego. Y fue precisamente en esa incursión del técnico por los caminos que rodean e inciden indirectamente en el fútbol donde se puso de manifiesto que, si alguien no acababa de ubicarse en su realidad era el propio entrenador blanquiazul.

Porque nunca antes Oltra se había visto como local en el banquillo de un estadio en el que se humilló al Milan de Kaká, en el que se goleaba cada temporada a Casillas y en el que adiestradores como Arsenio e Irureta han exhibido su grandeza humana y profesional.

La parroquia de Riazor fue conocedora durante mucho tiempo de la crudeza de la Segunda, porque el Deportivo tiene más de cien años de historia y tiene muchas vivencias en sus alforjas. Y disfrutó en su día de la Orquesta Canaro de los Corcuera, Oswaldo, Franco, Moll y Tino; lo mismo que después de Fran, Mauro Silva, Bebeto, Donato, Rivaldo, Djalminha... En A Coruña se ha disfrutado del jamón del bueno y se ha sobrevivido con un proletario bocadillo de mortadela. En este sentido, la salida de pata de banco de Oltra fue como la de aquel becario empeñado en enseñar a los veteranos los secretos de la vida.

No está claro que Oltra se haya adaptado del todo a la grandeza del club en el que ejerce como entrenador. Pero sí es cierto que sus últimas decisiones como técnico han servido para mejorar el rendimiento del equipo, aunque no hayan solventado las dudas que todavía planean sobre un juego manifiestamente mejorable.

A partir del sábado, el Dépor retomará la carrera por el ascenso. Y sería vital que su entrenador ya haya completado el proceso de adaptación a su club y a su entorno.