¿Qué le pasa a Lewis Hamilton?

david s. de castro MADRID / COLPISA

DEPORTES

Vive su peor año, acuciado por los problemas personales y la depresión deportiva

01 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Pido perdón a mi equipo». Con estas palabras zanjaba Lewis Hamilton su actuación en la India. El británico acabó séptimo, un lugar muy poco frecuentado por el campeón del mundo del 2008. A falta de dos carreras, la temporada tiene más oscuros que claros para Lewis Hamilton.

Uno de los pilotos con más talento de la parrilla, llamado a ser la gran alternativa junto a Fernando Alonso al dominio de Vettel y Red Bull, vaga por la general en quinta posición, por delante de Felipe Massa. Es el brasileño, precisamente, el catalizador que ha hecho ver en qué situación se encuentra Hamilton. En la India vivieron su sexto encontronazo del año, y esta vez fue el de Ferrari el que cargó con todas las culpas, por su cerrojazo sin sentido al británico.

El piloto más sancionado

¿Cómo se explican algunas salidas de tono en rueda de prensa, o maniobras que, normalmente, han acabado en sanción para Hamilton? Vettel acumula casi todos los récords de este año, pero hay uno en el que el británico lleva una ventaja imposible de alcanzar: es el piloto más castigado por la FIA. Con la sanción de tres puestos en la última parrilla por no respetar las banderas amarillas del viernes, el inglés se mantiene al frente de esta curiosa clasificación con seis, es decir, una cada tres carreras.

Mónaco fue su día horribilis con dos castigos en la misma carrera, aunque se ha escapado de otras con una reprimenda de la FIA. No siempre se ha tomado bien estos castigos, y su culmen fue ese famoso comentario a la BBC tras el doblete de Mónaco, cuando ironizó diciendo que los comisarios lo castigan tanto por su color de piel.

Sus ingenieros han intentado reeducarle para que no destroce los neumáticos, sobre todo este año, en el que las diferencias entre los compuestos suponen la victoria o el 15.º puesto, pero eso no evita que sea uno de los hombres que más se juega el tipo por subir una plaza. El ejemplo de Canadá es claro: Button y él chocaron porque el primero dejó un mínimo hueco y el segundo no dudó en adelantarle.

La intensa competitividad innata en Hamilton no le permite estar por detrás de su compañero. Hamilton ha sido casi siempre más rápido que su compañero o, al menos, ha estado a la par. No hace falta recordar su disputa con Fernando Alonso en el 2007, cuando ambos llegaron a la última carrera con opciones de ser campeones y Raikkonen les levantó la corona por sorpresa.

Por detrás de Button

Por este motivo, tener a Button a 38 puntos a falta de dos carreras es una tortura para un Hamilton que se sabe jefe de filas de McLaren. Por otro lado, mientras que Button sabe sobrellevar que su coche no da para alcanzar al Red Bull de Vettel, a Hamilton le cuesta aceptar que no puede alcanzar al bicampeón del mundo más joven de la historia, un récord al que él mismo llegó a aspirar.

Fuera de los circuitos, Hamilton tampoco atraviesa su mejor momento. Desde el año pasado, instado por las altas cúpulas de McLaren, su padre Anthony no se encuentra a su lado como mánager. En Woking entendieron que para que Lewis alcanzara su mayor grado de madurez era necesario que se liberara de la protección de su padre.

Por otro lado, recientemente se ha confirmado su separación de Nicole Scherzinger, la que había sido su novia durante los últimos cuatro años, así que de un año para otro, Hamilton se ha visto separado de dos de los principales pilares de su vida.

Pese a esta crisis, en el circo de la fórmula 1 todo el mundo da por hecho que Hamilton volverá por sus fueros, porque, entre otras cosas, si algo ha demostrado en su meteórica carrera es que nunca se rinde por una victoria. Caiga quien caiga.