El largo camino de Iván Pérez

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El compostelano aspira a convencer a Oltra tras un año oscuro en Ponferrada

21 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Seis meses de lesión no borran la esperanza del rostro de Iván Pérez. Serio, como acostumbra, pero con el brillo en los ojos propio de quien vuelve a ilusionarse con un empeño: en su caso, volver a sentirse futbolista. El compostelano cierra el año oscuro de su cesión en la Ponferradina y se prepara para abrir su segunda etapa en el Dépor. Ayer, poco antes de iniciar su primera jornada de trabajo en Abegondo, repitió que sueña con hacerse un hueco en la plantilla del ascenso.

El exfabrilista se enfrenta al desafío que encumbró a José Luis, su padre adoptivo en A Coruña, como ídolo de Riazor en los años ochenta. La Segunda División se convirtió en el territorio sobre el que dominó este centrocampista con alma de pichichi en el que hasta su fallecimiento Iván Pérez encontró mucho más que un apoyo cuando lo convenció para dejar su Conxo natal y darle la manija del Laracha, con 19 años.

Luego llegó el salto al Fabril y ese verano de hace dos temporadas, cuando, pese a que había concluido su vinculación con el filial, fichó dos meses a prueba para tratar de convencer a Lotina. Lo consiguió, firmó -«con la mano de José Luis», dijo entonces- un contrato hasta el 2012 y el técnico contó con él en veinte partidos de Primera, pero la pasada se marchó cedido a Ponferrada, donde apenas jugó quince hasta la lesión que ayer lo llevó a convertirse en el primero de los deportivistas en volver a entrenarse.

Pesadilla

En enero se lastimó en el aductor y lo que parecía una baja por dos o tres semanas acabó en una pesadilla de la que aún trata de despertarse. En seis meses no ha vuelto a jugar. Sufrió dos nuevas roturas y, aunque en la Ponferradina trataban de convencerlo de que se operase, Iván Pérez optó por el tratamiento conservador que le recomendaban en el Deportivo. Así, se pasó cuatro horas diarias durante tres meses al volante de su automóvil. Se entrenaba por la mañana en Ponferrada y, nada más acabar, viajaba a A Coruña para visitar a los fisioterapeutas del club. Le encontraron un problema en la cadera que incidía en su manera de caminar y acababa por provocarle molestias musculares. «Ao principio estaba moi contento porque estaba xogando con moita liberdade, pero a principio de outubro comecei a sentir molestias no pube. Cada vez me fun atopando peor, pero me dicían que non tiña importancia, ata que en decembro estaba fatal ata animicamente, porque non podía pegarlle con forza ao balón e o 14 de xaneiro me rompín o adutor e o ano pasou de ser todo bonito a ser escuro», relata.

Seis meses después asegura que vuelve a sentirse futbolista y tiene las pilas cargadas para enfrentarse con éxito a su segunda oportunidad de convertirse en jugador del Dépor. «Non sei nada de Oltra e non falei con el. Tampouco creo que me coñeza, porque non xoguei moito en Primeira e Segunda. Penso que a pretemporada será nova para todos e que tras o descenso e a chegada do novo adestrador todos os xogadores partimos de cero», afirmó ayer.

Zurdo

Iván Pérez sabe que por sus características puede tener más abiertas que nunca las puertas del Dépor. Junto a Morel y Guardado son los únicos zurdos con contrato en vigor. Además, en sus dos posiciones más habituales (el interior izquierdo y la mediapunta) hubo vacantes, pues ni Desmarets ni Míchel continuarán. Pero por ahora no echa cuentas. «So penso en traballar, adestrarme día e noite e atoparme ben para poder axudar ao equipo», subrayó.

Por ahora, se ha apuntado al plan que el pasado verano borró a Lassad de la lista de jugadores de cristal del Dépor. Ha adelantado tres semanas el inicio de la pretemporada y se entrenará para sentirse al cien por cien cuando sus compañeros regresen el 12 de julio. En los próximos días se le podrían unir el jugador francotunecino y Riki.