El técnico de los grandes resultados y la sospecha eterna

La Voz X. R. C. REDACCIÓN/LA VOZ.

DEPORTES

10 dic 2010 . Actualizado a las 11:17 h.

Manuel Pascua representa el entrenador eterno y de más éxito del atletismo español. El primero que traspasó los Pirineos para beber de las fuentes de Europa occidental, el primero que pudo estudiar los métodos de las antiguas repúblicas soviéticas y un entendido en un deporte que ama por encima de todas las cosas. Tant, que abandonó su puesto de funcionario para vivir con un cronómetro colgado del cuello.

Pascua Piqueras todavía es hoy, superados los 70 años, el gran gurú del atletismo español. Todavía hoy, cuando podía estar jubilado y de vacaciones, prepara a una docena de atletas de primera línea, entre ellos a Nuria Fernández, la mamá que en el verano pasado sorprendió a todos proclamándose campeona de Europa de los 1.500 y a Alemayehu Bezabeh, el campeón continental del cros al que rescató de la miseria. Lo mismo que antes hiciera con Francis Francis Obikwelu, el gran velocista del viejo continente bajo la bandera portuguesa.

Pascua ha sido a lo largo de casi toda su vida el más influyente de los técnicos, y aunque su relación con Odriozola ha tenido de todo, su detención coincidió en el tiempo con sus días al amparo de la federación española.

La sombra del dopaje le ha acompañado a lo largo de tantos años. La sospecha siempre ha estado encima de sus éxitos y de las marcas de sus atletas. Porque su historia prohibida comenzó muy pronto, cuando fichó para la Federación Española de Atletismo a un ginecólogo que acababa de terminar la carrera y que había sido campeón de España de 400. Se llamaba Eufemiano Fuentes. Con la esposa del doctor, la velocista Cristina Pérez llegó uno de los primeros positivos del deporte español. Más tarde se confirmó la peor de las sospechas con la ochocentista brasileña Fabiane dos Santos, que dio positivo por anabolizantes.

En la Operación Galgo, Manuel Pascua Piquera aparece en el centro de la diana. Por su conexión con los más afines de Marta Domínguez. Entrenó a Alonso Valero, ahora mánager de la palentina, en sus tiempos mozos. Y también lo hizo con César Pérez, el obstaculista que se convirtió en técnico de Marta Domínguez.

Lo que nadie discute en la eterna vida atlética de Pascua es su talento. Ha fabricado campeones en todas las épocas y en casi todas las distancias. Desde la velocidad pura hasta el maratón.