La crono, otra vuelta de tuerca al podio

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN/LA VOZ.

DEPORTES

Purito, Nibali y Mosquera se enfrentan a 46 kilómetros llanos, buen terreno para el italiano y malo para el líder

15 sep 2010 . Actualizado a las 10:25 h.

La carrera amenaza con dar otra vuelta de tuerca al podio. Pero esta vez con una crono. Los corredores afrontarán hoy en Peñafiel 46 kilómetros totalmente llanos de lucha en solitario contra el reloj. Para Ezequiel Mosquera la etapa conduce hacia dos caminos. Lo lógico es que recorte con respecto al líder, Purito Rodríguez, al que siempre ha superado en las cronos. Pero estas quinielas indican también que Nibali logrará ventaja sobre sus dos rivales, la suficiente como para recuperar el maillot rojo.

En la montaña Mosquera quemó sus naves. Lo que tenía. Cotobello era el lugar para el asalto a la Vuelta, pero aquel día no tenía más madera. Álvaro Pino, mánager del Xacobeo, le lanzó duras críticas por no atacar antes. «No iba tan muerto», dijo. «Solo yo sé como voy. Las sensaciones que tengo en una etapa las vivo y las conozco yo y nadie más. Pero no es mi estilo perder el tiempo en polémicas y no voy a cambiar. Prefiero centrarme en la carrera, que es lo que he hecho hasta ahora», señala Mosquera.

Recta y recta

El jefe de filas del Xacobeo no quiere más debates sobre sufrimientos propios y ajenos. Ahora toca la crono. Visitó ayer el recorrido. «Recta hacia un lado y recta hacia el otro», dice. Para especialistas. Para Nibali. No tiene referencias de un enfrentamiento directo con el corredor siciliano en una crono. Pero al hacer cálculos indica que ceder dos minutos con el ciclista del Liquigas entra dentro de lo asumible.

Doblando a Rodríguez

Con el líder sí hay precedentes. Y todos favorecen al gallego. Mosquera dobló a Purito en una crono de la edición del 2008. Era una etapa de 42,5 kilómetros. Y el gallego superó al catalán en el décimo. «A ver si nos encontramos con el mismo Purito de entonces», apunta Mosquera. En Valencia, el año pasado, logró un margen de 1 minuto y 1 segundo en treinta kilómetros. Hoy está a 53 segundos del líder y la distancia no se le antoja insalvable. «Puedo quitarle esa diferencia en la crono, otra cosa es lo que hagamos después en la Bola del Mundo», señala el teense.

Mosquera no descuida sus espaldas. «Está ahí Frank Schleck, pero suele tener un rendimiento parecido al mío en la contrarreloj, esperemos que no tenga un día estratosférico en Peñafiel», explica.

Todos los aspirantes al podio de Madrid hacen sus cábalas. Pero aseguran que en tantos kilómetros pueden pasar muchas cosas. Y, al final, repiten esa regla no escrita del ciclismo. En la última crono larga de una gran vuelta las fuerzas pesan más que las aptitudes y liman los pronósticos.