«Lo de orden y talento sigue vigente»

Rubén Ventureira

DEPORTES

Arsenio y Lotina se citan en Riazor en la semana en la que el vizcaíno igualará los partidos del gallego en Primera

21 abr 2010 . Actualizado a las 10:54 h.

Los une el Dépor, su veteranía en los banquillos de Primera, el tener un título de Copa con un no grande, la defensa de cinco y, apuntan ellos mismos, el espíritu de la aldea. Lotina se crió en Meñaca, un pueblo vizcaíno, y no aprendió a hablar castellano hasta los ocho años. Arsenio, de Arteixo, se hizo mito pasiño a pasiño en A Coruña. «Venimos los dos de pueblos. La educación que hemos tenido, lo que hemos visto de nuestros padres... Todo eso marca muchísimo a nivel personal y a nivel profesional, y en ese aspecto sí que somos parecidos», dice Lotina como broche del encuentro en Riazor con Arsenio, al que empatará el sábado en número de partidos dirigidos en Primera (363).

Antes de que el vizcaíno haga esa reflexión, el arteixán ha dejado otra sobre la falta de ego de ambos: «A mí me tocó siempre pelear con dificultades ya de pequeño. No había nada cuando yo nací, no había tren todavía... Por eso yo creo que si te conduces con cierta razón la vida te va enseñando a cada paso. Así que en el fútbol hace falta ser tonto para presumir, porque, aunque todos presumimos un poco cuando ganamos, sabes que al día siguiente pierdes, y al otro empatas, y por eso es tontería andar poniéndose medallas».

La defensa de cinco

El Superdépor de Arsenio nació y se desarrolló en torno a dos chavales de un pueblito de Ribeira, Fran y José Ramón, y un zorro de Arteixo, el entrenador. Dos brasileños superdotados, descartes de grandes equipos y una defensa de cinco obraron el milagro. Aquella zaga del Dépor (Rekarte, Albistegui, Djukic, Ribera y Nando) marcó estilo en Riazor. A la defensa de cinco recurrió Lotina en su primera temporada en A Coruña, cuando el equipo estaba con la soga al cuello, y el equipo resurgió: «Ese es parte del legado que Arsenio dejó en el Dépor. Cuando hablas de tres centrales la gente piensa que eres defensivo, y no es así. En A Coruña es en el único sitio en que se me ha respetado esa opción, aún hoy me pide la gente por la calle que meta a tres centrales, y eso es porque la gente tiene ese recuerdo del Superdépor», apunta Lotina, que llega con retraso al encuentro porque viene de entrenar en Abegondo y, además, ha perdido un poco más de tiempo porque deseaba acudir al encuentro «afeitado, porque Arsenio es un señor».

Con la defensa de cinco (Ribera, hoy ayudante de Lotina, incluido) ganó el Dépor en Las Gaunas 0-3 en la temporada 92-93, la del nacimiento del Superdépor. En aquel partido se estrenó el vizcaíno como técnico de Primera. Era el del filial y fue requerido de urgencia mientras no se incorporaba Aimar: «Aquel Dépor que dejó marcado un sistema claro de tres centrales fue una referencia para todos los demás que vinimos detrás. De aquel partido recuerdo a un jugador que me sorprendió muchísimo: estaba lloviendo, el terreno de juego estaba un poco blandito y Mauro Silva nos sacó del campo a todos, fue espectacular». «Es que Mauro siempre te dejaba bien, si llovía o calentaba el sol, fuera o en casa, te dejaba siempre satisfecho», apuntilla Arsenio.

El de Arteixo dejó una máxima para la historia: «El fútbol es orden y talento». «Sigue vigente. Esa frase se la leí a Arsenio hace muchos años y se la he copiado varias veces. Cuanto más talento tienes, menos orden necesitas. Y cuanto menos talento, más orden y más trabajo. Esa es la realidad del fútbol», sentencia Lotina.