Una final entre Bolt y su propio récord

X.?R. Castro

DEPORTES

Su segundo oro en la velocidad no admite dudas, el reto es rebajar los 19,30 segundos que estableció en Pekín

20 ago 2009 . Actualizado a las 03:28 h.

Llega el momento estelar de la segunda entrega del show Bolt. El extraterrestre contra su propio récord del mundo. Así se resume la final de 200 metros de esta tarde (20.35 horas) en el Mundial de Atletismo de Berlín. Hace exactamente un año hizo añicos una marca que tenía doce de vigencia, pero aquel 19,30 de Pekín puede pasar hoy a la historia.

Bolt mantiene su discurso de que se encuentra un poco cansado, y la de hoy será su octava carrera en seis días, pero en realidad el relámpago tan solo ha acelerado en la final del hectómetro del domingo pasado, cuando su récord puso todavía más en duda los límites humanos.

Ayer, en las semifinales tampoco se desgastó. Jugó menos con la cámara pero estuvo igual de rápido y de contundente. Arrancó siendo el segundo peor en los tacos -con un registro de 0,177-, se colocó primero en la curva de compensación y cuando entró en la recta ya se encontraba solo. Se dio de cuenta entonces de que era un buen momento para parar a falta de 80 metros y se dejó llevar para imponerse en su semifinal con un tiempo de 20,08, el mejor de todas las series. Shawn Crawford, uno de sus rivales en la final de hoy, intentó jugar al escondite colándose como tercero. Wallace Spearmon, el principal candidato a la plata, ganó su serie con 20,14.

Pero lo de hoy es entre Bolt y el cronómetro. Sin Tyson Gay, que dice apurar la recuperación para llegar al espectáculo del relevo, el oro se da por sentado y tan solo queda la batalla por el récord.

De entrada, aunque sigue saliendo mal, en la semifinal de ayer Usain ya lo hizo mejor que en su arranque de Pekín. Primer punto a favor. La climatología también se pondrá la camiseta de Jamaica y se anuncia una temperatura en torno a los 30 grados. Segundo punto positivo.

Lo demás puede ser muy parecido, aunque perfeccionado, con respecto a lo vivido hace un año redondo en Pekín. Allí salió mal, recuperó en la curva para colocarse el primero y entro en la recta como hace un avión en la pista de despegue. Voló solo y con una leve inclinación del cuerpo paró el crono en los archiconocidos 19,30. El fruto de una velocidad media de 37,3 kilómetros horas, de 79,8 pasos con una amplitud media de 2,51 metros. O, lo que es lo mismo, el récord del mundo del doble hectómetro.

Tan solo dos aspectos juegan en contra de la posibilidad de plusmarca. Lo poco que ha corrido esta temporada en el doscientos -no hizo la primera carrera en la distancia hasta el 29 de junio, cuando ganó los trials de Jamaica con un tiempo de 20,25, y acredita como mejor registro hasta la fecha 19,59, firmados en Lausana un mes atrás-y la falta de rivales que le exijan un esfuerzo supremo, algo que tampoco tuvo en Pekín y no revistió ninguna consecuencia. También puede añadírsele al debe su presunto cansancio, aunque llegado el momento Usain montará el show y volará sobre la pista para acelerar todavía más su proceso de beatificación en el mundo del atletismo.

Al margen del récord, el doble hectómetro será un duelo más entre los caribeños voladores (lo acompañará Steve Mullings) y dos americanos deseosos de recuperar parte su honor.