El imberbe que maduró en los Lakers

DEPORTES

Pau Gasol ha evolucionado en su juego y en su presencia física, pasando de ser criticado por su endeblez a ganar sus duelos particulares ante pívots dominantes

16 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«Lo que me ha curtido no han sido las críticas, fueron las derrotas», reconoció Pau Gasol a la televisión norteamericana nada más saberse ganador de su primer anillo de la NBA. Por su mente ha pasado todo lo que ha tenido que sufrir para llegar a la cima de su carrera. Sus inicios desesperantes en una franquicia perdedora como Memphis, su traslado a Los Ángeles, la derrota en la final del año pasado ante los Boston Celtics y los clichés que siempre lo han acompañado sobre su supuesta endeblez en la pintura.

Pau tapó todas las bocas hablando en la cancha. Ganó todos sus duelos particulares en los play offs y consiguió un registro al alcance de muy pocos: 16 dobles figuras en puntos y rebotes en los 23 partidos.

Kirilenko y Boozer en la primera ronda ante Utah, el chino Yao Ming y el argentino Scola en la segunda contra Houston, Nene, Martin y Carmelo Anthony en la final de conferencia ante Denver, y Superman Howard y Rashard Lewis en la lucha decisiva por el anillo contra Orlando. Todos acabaron desquiciados, impotentes...

El amo de los intangibles

Gasol y Bryant fueron los dos puntales de los Lakers a la hora de ganar este anillo. Pero el rendimiento de Pau fue mucho más allá de sus estadísticas personales (18,3 puntos, 10,5 rebotes, 2,5 asistencias, 2 tapones y 0,8 robos por partido de play off disputado).

Después del aperitivo de Utah, Gasol se midió al pívot chino Yao Ming. El jugador español ganó el duelo particular con holgura. Lo defendió con inteligencia, por delante, impidiendo que recibiera el balón. En ataque fue decisivo, demostrándolo en el cuarto duelo con 30 puntos o con sus 21 y 18 rebotes del último. Fue el encuentro en el que el Staples Center lo eligió como héroe y lo despidió en pie.

Si Yao Ming no pudo con él; el potente juego interior de los Nuggets, tampoco. No hubo duelo que Nene Hilario o Martin no acabasen eliminados por faltas. Consiguió dobles figuras en los seis partidos de la final de conferencia y tuvo la gallardía de pedir más protagonismo.

No dejó volar a Superman

La última muesca del talento de Gasol la ha dejado constatada en la final. Allí acabó desquiciando a Dwight Howard, el que es considerado como el pívot más dominante de la liga. Superman no fue capaz de recibir balones en condiciones, y la defensa del español sobre él fue tan impresionante que en cinco partidos solo pudo realizar tres de sus mates tan espectaculares.

La evolución de un crac

Pero el camino de Gasol hasta ser considerado como uno de los pívots más talentosos de la NBA ha sido arduo y difícil. Debutó en el año 2001 como uno de tantos rookies prometedores que engrosan las filas de uno de los peores equipos de la liga: los Memphis Grizzlies.

Allí estuvo seis años y medio, en los que consiguió la proeza de clasificar al equipo para los play offs durante tres temporadas seguidas (del 2003 al 2005). Pero se cansó de perder y acabó desquiciado, solicitando desesperadamente un traspaso.

«Fue un regalo» para los Lakers, como reconoció Bryant. Fichó en febrero del 2008 por un conjunto que había sido eliminado en primera ronda los dos años anteriores. Con él llegaron a la final, pero muchas fueron las críticas vertidas sobre él por no defender a Kevin Garnett con mayor dureza. Voces que han quedado en el olvido.