El gran pique de Prost y Senna

DEPORTES

El pulso entre Alonso y Hamilton reedita el que mantuvieron el francés y el brasileño, que tuvo su clímax en el Gran Premio de Suzuka de 1989

09 ago 2007 . Actualizado a las 03:29 h.

redacción | La fórmula 1 anda acelerada. Pero no es de ahora. El pique entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton recuperó para McLaren aquellas carreras llenas de resentimiento entre el francés Alain Prost y el brasileño Ayrton Senna a finales de los ochenta. La escudería británica vivió momentos de tensión cuando calzaba motores Honda y volvió a cometer el mismo error al reunir a dos campeones ahora que es propulsado por Mercedes. Tres son multitud cuando se abriga bajo los mismos colores un coche de alto nivel con dos pilotos que aspiran a todo.

El episodio vivido en el Gran Premio de Hungría recuerda a aquellos rifirrafes entre el francés Prost y el brasileño Senna, que tuvieron su hito máximo en el Gran Premio de Suzuka de 1989. En esa carrera se jugaban el título los dos mejores pilotos del mundo. En realidad, se dirimía qué estilo marcaría la fórmula 1 en los años venideros: el frío, milimétrico y calculador de Prost o el vehemente, exagerado y arriesgado de Senna. El galo iba por delante en el Mundial, pero salía desde la segunda posición. El brasileño necesitaba vencer y partía desde la pole. Prost llegó antes a la primera curva y se mantuvo así hasta la vuelta 46. En la chicane, Senna lo intentó por el interior, el francés le cerró y ambos acabaron en el césped. Así las cosas, Prost era campeón. Por eso se bajó del coche. Ante su sorpresa, los comisarios empujaron a Senna (que terminó ganando), pero después lo descalificaron. «Me han robado vilmente», acusaba el paulista, que creía que la FIA favorecía a Prost por ser francés.

La revancha llegó doce meses después. En el mismo escenario, los papeles se invirtieron. Prost se había fugado a Ferrari y salía segundo, pero adelantó a Senna (que arrancaba desde la pole) antes de la primera curva del Gran Premio de Japón. Esta vez, fue el brasileño el que buscó el encontronazo. Ambos acabaron contra las vallas, lo que otorgaba a Senna su segundo campeonato mundial.

Nacido en 1955, Alain Prost era cinco años mayor que Ayrton Senna y logró un campeonato mundial más (cuatro). Era uno de los grandes, junto con Nelson Piquet y Nigel Mansell, cuando Ayrton Senna se inmiscuyó en su McLaren para arrebatarle el protagonismo. En su primer año juntos, ganaron quince de las dieciséis carreras. La escudería se frotaba las manos, pero el pacto de no agresión entre los dos pilotos pronto se fue al garete y la pugna entre ambos dividía al público tanto como el bilardismo o el menottismo en el fútbol.

Hijo de un rico terrateniente, Ayrton Senna nació con un problema de motricidad en sus manos que dejó atrás gracias al pilotaje. El fanatismo brasileño y su don de gentes lo acercó a su público, que lo veía como el compañero perfecto. El profesor Prost era, ante nada, un piloto. Su peculiar estilo no se utilizaba fuera de las escuelas. Pero rozaba la perfección.

Alain Prost se retiró en 1993. Senna seguía dando guerra, pero no era lo mismo. Antes del Gran Premio de San Marino de 1994, telefoneó al galo y le espetó: «Te empiezo a echar en falta». Minutos después, perdía la vida en la curva Tamburello.