El guapo, al rescate del Madrid

Miguel Álvarez REDACCIÓN

DEPORTES

BRU GARCÍA

El interior derecho está viviendo una segunda juventud y, desde que Capello le concedió el indulto en febrero, el equipo blanco sólo ha perdido un partido en Liga

27 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?ese a que el glamur pueda parecer el ingrediente principal de la existencia de David Beckham, el futbolista inglés es un experto en supervivencia. A lo largo de su vida deportiva ha conseguido pasar de villano a héroe con asiduidad y una prueba más la ha protagonizado este año en el Real Madrid. Una vez que el londinense anunció su marcha a Los Ángeles de cara a la próxima temporada, Fabio Capello decidió no volver a contar con él desde el 12 de enero. Un mes más tarde, el 9 de febrero concretamente, el preparador transalpino rectificaba. Realistado Beckham, el Real Madrid comenzó un fulgurante vuelo sin motor hacia el título de Liga. Desde que Capello concedió la segunda oportunidad al rubio de oro, el Real Madrid sólo ha perdido un partido en Liga. Fue en el Sardinero, en un choque en el que el inglés estuvo ausente por un esguince de rodilla. A partir de entonces, los blancos han puesto la directa. Seis victorias consecutivas y el liderato han devuelto la esperanza al club. Y en el medio de la magia que vuelve a respirarse en el Bernabeu, un nombre propio: David Beckham. La afición blanca, hastiada por la sequía de títulos y por la falta de hambre de unos jugadores más protagonistas de la prensa rosa que del buen hacer sobre el césped, comenzaba a desesperar un año más. Pero la estrella londinense ha resurgido y, con su sedosa pierna derecha y su innata condición física abrillantadas, se ha convertido en el cómplice de Van Nistelrooy para que los de Capello se acerquen al primer título desde el 2003. Ayer, con una extraordinaria actuación ante el Dépor, Beckham ha llamado a las puertas del firmamento merengue. Como confirmación de su buen momento, la selección de su país, cerrada a cal y canto tras el Mundial de Alemania, ha llamado a su puerta para los envites contra Brasil y Estonia. Sin títulos El inglés no ha ganado ningún título desde que aterrizó en la capital de España en el verano del 2003. Desubicado en sus comienzos para que Figo, que iniciaba la cuesta abajo, no perdiese su posición natural en la banda derecha, el inglés ejerció de apagafuegos como mediocentro. El óxido comenzó a agarrotar una pierna que Capello y sus ayudantes han engrasado para recuperar al mismo jugador que asombró al mundo con su exquisito toque y que, como capitán del Manchester United, hizo posible lo imposible. Eclipsado en el vestuario por otras estrellas como Ronaldo y Zidane, a Beckham se le puede acusar de no tener acierto, pero jamás de no sudar la camiseta. Sus excesivos ímpetus le han generado la merecida fama de tarjetero. Pero con la Liga a la vuelta de la esquina, ya nada importa. El número 23 ha explotado en el Real Madrid cuando el club más lo necesitaba. Desahuciado a Los Ángeles, Beckham ha mostrado su capacidad de regeneración una vez más. Odiado en Inglaterra tras la expulsión contra Argentina en el Mundial de 1998, su prestigio cayó por los suelos tras la eliminación de la Eurocopa de Portugal. Pero el rubio volvió por sus fueros y, con la goleada por 5-1 a Alemania antes de la Copa del Mundo del 2002, la afición sajona se rindió a sus pies. Que se agarren los rivales si, una vez más, el fénix Beckham resurge con más fuerza que nunca.