¿Donde terminan los límites?

Ralf Jarkowski TILBURG (HOLANDA)

DEPORTES

Análisis sobre posibles récords | Un estudio realizado por el científico holandés John Einmahl establece la posibilidad de una serie de futuros récords mundiales en las distintas pruebas de atletismo

21 dic 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

La pregunta ronda el mundo del deporte desde que a alguien se le ocurrió la idea de establecer un récord: ¿Hasta dónde podrá mejorar el rendimiento físico de un ser humano?. Un estudio realizado en Holanda aporta ahora una respuesta científica para el atletismo. Según la Universidad de Tilburg, el límite en los 100 metros se encuentra en 9,29 segundos, en la jabalina llega a 106,50 metros y en el maratón femenino en 2:06 horas. Y para afirmarlo se basan en el análisis del rendimiento de más de 2.500 hombres y mujeres a los que se les aplicaron teorías matemáticas. «Es un estudio serio, la teoría de los valores extremos es una ciencia reconocida como parte de las matemáticas y la estadística. Analizamos los récords mundiales de atletismo porque el deporte también tiene interés social», afirmó John Einmahl, autor del estudio junto a su colega Jan Magnus. Einmahl de 49 años, afronta por primera vez el asunto del deporte, pero ya encontró otros ámbitos de aplicación para la teoría. Sus números seguramente asustarán a los atletas. Asafa Powell, por ejemplo, no quedará muy contento con su récord de 9,77 segundos en los 100 metros cuando le digan que el ser humano debería poder correr la distancia en 9,29. Michael Johnson se retiró convencido de que sus 19,32 segundos eran prácticamente imbatibles, pero Einmahl y Magnus le dicen ahora que está muy lejos del límite físico de 18,63 segundos. Y el chino Liu Xiang podría rebajar en medio segundo su plusmarca de 12,88 segundos en los 110 metros vallas. En jabalina, el checo Jan Zelezny posee el récord en 98,48 metros, pero las computadoras dicen que se puede llegar hasta 106,50 metros. Curiosamente, las mujeres están mucho más cerca del límite. La cubana Osleidys Menéndez ejecutó un lanzamiento casi perfecto cuando llegó a 71,70 metros, porque las matemáticas dicen que físicamente es imposible superar los 72,50 metros. Todo lo contrario ocurre en el maratón. Las mujeres tienen aún mucho margen de mejora, mientras que los hombres están cerca del borde. El récord de Paul Tergat (2:04:55 horas) se podrá rebajar sólo en 49 segundos, mientras que a la plusmarca de Paula Radcliffe (2:15:25 horas) aún se le pueden quitar 8:50 minutos. «Seguro que para muchos atletas será deprimente afrontar los datos de nuestro estudio», reconoció Einmahl. Según ellos no hay «imposibles», aunque sí hay «increíbles». Dicho de otra manera, lo «increíble» no es «imposible». «¿Quién habría pensado que Bob Beamon iba a saltar 8,90 metros el 18 de octubre de 1968? ¿Quién podía decir que eso era posible?», se pregunta el científico. En la altitud de México el estadounidense le dio un bocado de 55 centímetros al récord mundial de salto de longitud, proporcionalmente la mayor mejora de un récord en la historia del atletismo. Como todos los estudios similares, el de la Universidad de Tilburg también tiene sus precisiones: es puramente matemático, no analizó la evolución de las marcas durante largo tiempo y tampoco consideró parámetros fisiológicos. «La altura, el peso, la edad, la masa muscular o el talento no fueron tenidos en cuenta. Tampoco la progresión en el tiempo, porque nuestra intención no es predecirrécords mundiales del año 2525», sentenció Einmahl, que a sus 49 años afronta por primera vez el asunto del deporte, pero ya encontró otros ámbitos de aplicación para la teoría. Por ejemplo, uno de sus estudios determinó la altura necesaria de un dique contra inundaciones o la evolución de las acciones en la bolsa.