El hombre al que le toca decidir...

La Voz M.Á.R. | VIGO

DEPORTES

ÓSCAR VÁZQUEZ

El nuevo mandatario renovará la cúpula directiva, negociará el nuevo Balaídos y definirá los futuros fichajes del club.

18 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Carlos Mouriño Atanes, desde ayer nuevo presidente del Celta, llega al club en un gran momento deportivo, con el equipo situado de nuevo en Europa tras vivir el infierno de la Segunda División, y con una plantilla que el pasado año se cerró con trece incorporaciones. Pero tras este dulce escenario se esconde una realidad plagada de decisiones difíciles. Las primeras tendrán mucho que ver con su equipo directivo. Mouriño, un gran tímido según quienes le conocen, podría encontrarse a corto plazo con la marcha del director deportivo, Félix Carnero, todavía tentado por el Espanyol, y con el director general del Celta, Alfredo Rodríguez, anunciando su intención de abandonar su actual cargo (seguramente, antes de su retirada, Mouriño le pedirá que cierre la negociación del contrato con las televisiones para la próxima temporada, donde están en juego más de dos mil millones de las antiguas pesetas). El presidente confía en el hoy consejero Ricardo Barros, su amigo personal, para que ocupe puestos de elevada responsabilidad en un futuro inmediato. Y todo apunta a que la obligada recomposición afectará también al hoy gerente del club, Sabino López, quien podría ocupar nuevas responsabilidades en la entidad celeste. Mouriño llega a lo más alto del Celta con la intención de conformar un nuevo gabinete económico, social y de comunicación. Y también dispuesto a tejer una estrategia para mejorar la imagen del Celta en la ciudad (donde la Fundación podría cobrar un papel relevante). Hoy mismo podría anunciar al que será el portavoz del Consejo de Adminsitración, encargado de transmitir los comunicados institucionales. Y es que el nuevo presidente no quiere prodigarse, al menos en un primer momento, con apariciones públicas. A él le tocará también cerrar la negociación con el Concello del nuevo estadio de Balaídos y, sobre todo, decidir el futuro equipo que afrontará la próxima temporada europea. Antes de su marcha, Horacio Gómez habló de que éste sería un año de sólo tres fichajes. Pero Carlos Mouriño podría ampliar esta cuenta y reservarse una estrella para encadilar a la afición (siempre se habló de un «9» que acompañe a Baiano en la punta de ataque). De él dependerá igualmente la posible venta de Oubiña, el valor más en alza del Celta en estos momentos, y que Horacio Gómez llegó a tasar en no menos de 20 millones de euros. En suma, al nuevo presidente le espera un agitado verano que servirá para intuir el nuevo rumbo del Celta en lo puramente social, en lo económico y, sobre todo, en el terreno deportivo.