Es el primer equipo ruso de la historia que logra un título europeo.
19 may 2005 . Actualizado a las 07:00 h.El CSKA de Moscú, una Torre de Babel controlada por el magnate Roman Abramovich, dio la campanada en el José Alvalade. Con futbolistas de seis países diferentes en su once inicial y liderado por el joven brasileño Dani Carvalho, derrotó a un Sporting de Lisboa nervioso por su condición de favorito y de jugar en casa, y fatalmente dirigido desde el banquillo por Peseiro, el ex ayudante de Querizo en el Real Madrid. El CSKA, que comenzó el curso en la Liga de Campeones, donde fue eliminado por el Chelsea y el Oporto, remontó un extraño duelo que tenía perdido en el descanso y, aun plagado de extranjeros, se convirtió en el primer equipo ruso que conquista una competición europea. Es cierto que el Dinamo de Kiev, dos veces, y el Dinamo Tiblisi conquistaron la Recopa en representación de la extinta URSS, pero los primeros son ucranianos y los segundos georgianos. Enorme mérito el de un CSKA que ha dejado en la cuneta a equipos de la talla de Benfica, Partizan, Auxerre y Parma. La tediosa primera parte se salvó con el golazo del brasileño Rogerio, que encontró un regalo cerca del área y, sin parar, lanzó desde la media luna como el que golpea una falta directa. El Sporting cometió un error de advenedizo al no saber leer el partido. Ni se decidió a atacar en busca de la sentencia ni tampoco puso los cinco sentidos en defender la exigua renta. Los jugadores rusos aceptaron encantados la propuesta de no saber a qué jugar e igualaron casi sin proponérselo. Una falta lateral y un cabezazo espléndido de Aleksei Berezoutski representaron el punto de inflexión de la final. A partir de ahí, el Sporting se suicidó. Asumió unos riesgos innecesarios que permitieron a los futbolistas moscovitas contragolpear a placer y sentenciar la final.