«No quiero que nadie se acomode», dijo el técnico al plantel.
24 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.La goleada ante el Valladolid ya es historia. Ahora el Pontevedra debe afrontar con la misma motivación que ante los blanquivioletas el encuentro del domingo en el Heliodoro Rodríguez López para tratar de encadenar con el Tenerife dos victorias por primera vez en la temporada. Alberto Argibay le ha advertido a los jugadores lo peligroso que pueden resultar triunfos sonados como el del pasado sábado. El entrenador granate entiende que es positivo que el futbolista recupere la cuota de autoestima que ha dejado en las dieciocho jornadas en las que no han conseguido la victoria, pero advierte también de su peligro: «Casi siempre después de una victoria existe la tendencia a la ilusión y a la vez a la relajación y eso es algo de lo que hemos hablado en el previo del entrenamiento». Argibay, que ayer mantuvo un nivel de exigencia inferior a otros entrenamientos para dofisicar el esfuerzo de las dobles sesiones anteriores, destacó que «es muy bueno que haya ilusión, pero se va adelante con más determinación y trabajo; la ilusión es importante pero no suficiente y espero que entiendan el mensaje». Este mensaje tiene una clara lectura para el técnico pontevedrés: «No quiero que nadie se acomode e independientemente de que esté satisfecho de cómo han trabajado durante la semana sigo defendiendo el mismo principio de siempre: que el domingo hay que demostrarme que el trabajo de la semana fue útil». Pocos cambios La sanción de Luciano por un partido motivará la entrada de Mauro en el lateral derecho frente al Tenerife. También se prevé el debut de Rubén Reyes en el centro del campo, aunque no inicialmente. El once más probable en el Heliodoro Rodríguez López será: Moso; Mauro, Fede Bahón, Yobo, Vázquez; D'Amico, Navarro Alves, Capdevila; Javi Rodríguez y Changui.