Una fecha para la historia

F. Vaquero REDACCIÓN

DEPORTES

Real Madrid y River Plate homenajean hoy al mito en el Trofeo Santiago Bernabéu justo en el día en el que se cumplen cincuenta años de su debut con el equipo blanco

22 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

El 23 de septiembre de 1953. Fecha histórica para el Real Madrid. Aquel día no ganó ningún título. Es más, ni siquiera disputó un encuentro oficial. El equipo merengue se enfrentó al Nancy francés en un amistoso. Y perdió. Pero, aunque nadie lo supiera entonces, comenzaba la época más brillante de la entidad. El 23 de septiembre de 1953, el día en el que Alfredo Di Stéfano Laulhe debutó con la camiseta blanca. Hoy se cumplen cincuenta años y el Trofeo Santiago Bernabéu servirá de homenaje al mito con un partido (21.45, Antena 3) entre los dos equipos más importantes en su vida: El Real Madrid y el River Plate. En la amplia galería de estrellas madridistas, Di Stéfano se encuentra en el pedestal más alto, con un aura inalterable a pesar del paso de los años y del desfile de figuras mediáticas. Por su indiscutible liderazgo, su calidad, su enorme radio de acción, su ingente producción de goles y por sus cinco Copas de Europa. Con él comenzó la leyenda. El fútbol tuvo que parir a Pelé, Cruyff y Maradona para que se le cuestionara el trono de mejor jugador de todos los tiempos. Antes de Pelé, no existía debate. Di Stéfano estaba por encima de todos. Y situó a su Madrid por encima de todos. El River fue su trampolín. La Saeta Rubia nació en 1926 en Barracas, un barrio cercano al estadio del Boca Junior, pero su padre había sido jugador del cuadro riverplatense y él no sólo siguió sus pasos, sino que mejoró la senda. Triunfó y después se fue cedido al Millonarios de Bogotá. Pero Colombia, también testigo de su éxito, sólo fue un paso intermedio entre sus dos etapas de mayor gloria, entre Argentina y España. Di Stéfano llegó a Barcelona y jugó algunos amistosos. El club catalán había comprado los derechos del jugador tras negociar con el River. El Madrid lo reclamaba tras llegar a un acuerdo con el Millonarios. Los dos clubes se enzarzaron en una guerra que ganó el más poderoso. Los blancos recuerdan que el Barça renunció al jugador por una compensación económica, los culés hablan de presiones franquistas en favor del equipo de la capital. Di Stéfano cambió su camiseta en tiempo récord. Se fue de Barcelona a Madrid en tren, llevó la familia al hotel y a las tres y media de la tarde se enfrentó al Nancy francés. El resto, hasta su despedida merengue, en 1964, ya es historia: cinco veces pichichi, dos Balones de Oro, cinco Copas de Europa, ocho Ligas, una Intercontinental... Di Stéfano ahora es el presidente honorífico del club. Pero su imagen es la del nacimiento del gran Madrid: aquel jugador en blanco y negro que mandaba con elegancia y goleaba sin piedad.