El Tanque ya alcanza objetivos

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso FERROL

DEPORTES

Ídolo en Guatemala, vive su tercera etapa en el extranjero. En Salamanca marcó dos goles el pasado domingo.

10 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Ferrol aumenta su arsenal. Dwight Pezzarossi amplía la munición del Racing. Conocido como El Tanque en Guatemala, ya alcanzó al Salamanca. Sus dos goles valieron el pase a la tercera ronda de la Copa del Rey. Los cuatro tantos verdes en El Helmántico entierran un tópico del verano, el de la falta de puntería ferrolana, y los seis gallegos en el equipo matizan la condición de ONU de A Malata. Ídolo en Guatemala, Pezzarossi celebró sus 23 años en Salamanca. Ninguneado por su sobrepeso cuando era juvenil, ahora reparte 95 kilos entre 185 centímetros de altura. Desde allí contempla el error de quienes no apostaron por él y ahora lo ven como un ariete clásico y corpulento. Pezzarossi forma parte del póker guatemalteco en el extranjero. La prensa de su país recoge todos sus partidos, como los de Carlos Ruiz (Los Angeles Galaxy de la MLS), Fredy García (Columbus Crew) y Martín Machón (Atlas mexicano). Claro que él juega en España, aunque sea en Segunda. Sólo su compatriota Jorge Roldán llegó tan lejos, cuando en 1972 disputó un par de partidos con el Hércules, mientras que Martín Machón fracasó en una prueba en el Badajoz la década pasada. Pezzarossi disfruta ya de su tercera aventura internacional. Tras formarse en el Escuintla y el Comunicaciones, ya en la Liga Mayor de Guatemala, dio el primer salto. Su gol ante Costa Rica en la clasificación para el último Mundial despertó el interés del Colorado McCallister, quien lo llevó al Argentinos Júniors. Con apenas 20 años debutó en el torneo más duro de América, pero acabó condenado al banquillo cuando el técnico cesó. Fue la etapa más dura del joven delantero del Racing, que recaló al año siguiente en Chile. Regaló 13 goles al Palestino, y éste le sirvió de trampolín hacia el Santiago Wanderers, con el que debutó en la Copa Libertadores. Una lesión de rodilla a principios de este año le frenó y, de rebote, favoreció su salida hacia Ferrol. Del país andino guarda Pezzarossi el mote de El Portaaviones y una estrecha amistad con un compañero del Palestino, el argentino Ariel Macia, al que su familia acoge en Guatemala ahora que juega en el Comunicaciones de la capital centroamericana. Y es que quienes conocen a El Tanque reducen su agresividad al campo. Cuentan que Pezzarossi es solidario y buena gente en cuanto entra en el vestuario. Profundamente religioso, reza antes de todos los partidos.