FÚTBOL / PONTEVEDRA
16 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Con una curiosa voz de barítono debido a su resfriado y a los gritos proferidos en el fragor del partido, Raúl González aseguró estar «bastante contento» tras el empate sin goles entre su equipo, el Pontevedra, y el Caudal. Eso sí, también puntualizó que «hay que mejorar», y lamentó que su conjunto se hubiese entregado al individualismo en alguna fase del juego. «La hegemonía total, de principio a fin, en un partido sólo la consiguen un Madrid o un Barcelona en vena», comentó, «pero siendo generoso, nuestro fue como mínimo el sesenta por ciento del partido». González reconoció que no le había gustado su equipo «cuando fuimos individualistas y no hicimos lo que teníamos que hacer, no por vicios, sino por ofuscación. Hay acciones que no interesan». Sin embargo, para el técnico asturiano, «en otros momentos ha habido apertura a las bandas, y se ha llegado a la portería rival más que en muchos otros partidos, y no a pelotazos». Raúl González se marchó del campo, al final del encuentro, enfadado porque el árbitro no había dejado sacar una última falta a un Pontevedra volcado sobre la baliza visitante. «Pero ya se me pasó», bromeó. «Ellos han hecho un buen trabajo», reconoció, para después reiterar su «simpatía» por el que fue su equipo durante temporada y media. De todos modos, para Raúl González esta racha de trece partidos sin perder demuestra que la gran virtud del Pontevedra está en la regularidad: «Hemos fallado relativamente, otros han perdido. Se nos ha escapado un poco el Barakaldo, pero sólo la Cultural se nos ha acercado; el Compostela está ya a cinco puntos, y la Gimnástica a once».