«Hay una atmósfera de caza de brujas», asegura Woody Allen en Venecia

María Estévez / Gracia Novás VENECIA, REDACCIÓN / COLPISA, LA VOZ

CULTURA

Protesta feminista contra la presencia de Allen en Venecia, en la noche del lunes.
Protesta feminista contra la presencia de Allen en Venecia, en la noche del lunes. Guglielmo Mangiapane | Reuters

El director neoyorquino presentó en el Lido su película número 50, «Golpe de suerte», entre pancartas que lo acusan de «violador»

05 sep 2023 . Actualizado a las 16:14 h.

Entre protestas, el director norteamericano Woody Allen presentó su nuevo filme, Golpe de suerte, en el Festival de Venecia. El autor de Annie Hall llegó al Lido a celebrar la película número 50 de su larga carrera. Allí, en la 80.ª edición de la Mostra, fue recibido por una serie de pancartas escritas en italiano, francés e inglés acusando a la dirección del certamen de acoger a «violadores». En la misma noche del estreno una veintena de personas protestaron utilizando consignas similares contra su presencia en la alfombra roja.

«Hay una atmósfera de caza de brujas, en la que cada hombre en una oficina que le guiña un ojo a una mujer tiene que llamar a un abogado para defenderse», declaró Allen a la revista especializada Variety. El neoyorquino tuvo incluso tiempo en Venecia para quitarle hierro a la acción del presidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales, declarando al periódico El Mundo que «un beso no es una violación», que había sido un acto entre adultos, a la luz del día, ante las cámaras, y que si acaso no fue consentido todo debería haberse resuelto con unas disculpas públicas por parte de Rubiales, algo que no llegó a producirse de forma franca y adecuada, sino rodeado de mentiras e insultos hacia quien lo cuestionaba.

La brillante carrera de Allen como cineasta se ha visto mancillada por las acusaciones de abuso sexual a Dylan, su hija adoptiva, cuando ella tenía siete años. Durante décadas, el cineasta ha negado las acusaciones, diciendo que fueron inventadas por Mia Farrow cuando comenzó su relación con Soon-Yi Previn, otra de las hijas adoptivas de su ex de de una relación anterior con el director de orquesta André Previn. Los hechos, que salieron a la luz pública en 1992, fueron investigados por la policía y un fiscal estadounidense, que exoneraron a Allen hasta en dos ocasiones distintas. Es más, Soon-Yi Previn acusó a su madre de prácticas vengativas y de no haberla tratado con afecto durante su infancia, de un modo agravante frente al calor que mostraba a sus hijos biológicos. Incluso habló de una madre cruel, desequilibrada y volátil, de maltrato y humillaciones constantes.

Woody Allen, que ha visto su carrera semicancelada por las acusaciones de Farrow, presentó Golpe de suerte asegurando que ha tenido muchos fracasos a lo largo de su trayectoria, especialmente en estos últimos 25 años. «Existe una pequeña posibilidad de que pueda ser una obra maestra, pero lo dudo», ironizó sobre la película, un drama de adulterio y crimen en un ambiente burgués, rodado con los actores Lou de Laâge, Melvil Poupaud, Niels Schneider y Valérie Lemercier. El filme llegará a los cines españoles el 29 de septiembre.

A sus 87 años, el director de Manhattan y La Rosa Púrpura del Cairo, cuatro veces ganador del Óscar, lleva un promedio de una película al año desde la década de los 80, gravitando siempre hacia una comedia intelectual, en la que analiza relaciones humanas con una nostalgia agridulce donde la muerte y el adulterio suelen ir de la mano. «El adulterio, la muerte, las relaciones, son temas que aparecen en las historias desde la época de los griegos. Yo quiero dotar a mis trabajos de suspense combinando drama y comedia, por eso incluyo esos temas», reveló Allen durante la rueda de prensa en Venecia. El realizador fue recibido entre aplausos por los periodistas.

Un matrimonio maravilloso

«He tenido mucha, mucha suerte toda mi vida. Tenía dos padres amorosos y buenos amigos. Tengo una esposa y un matrimonio maravillosos, dos hijas. Cuando comencé a hacer películas, todas las personas se entusiasmaron por mi trabajo», dijo Allen a los medios sobre su vida y carrera.

Allen, entre su mujer Soon-Yi Previn y sus hijas adoptivas Manzie Tio Allen y Bechet Dumaine Allen.
Allen, entre su mujer Soon-Yi Previn y sus hijas adoptivas Manzie Tio Allen y Bechet Dumaine Allen. G. M. | Reuters

También explicó por qué su nuevo filme está rodado en París y en francés. «Cuando era más joven, las películas que más me impresionaron eran de cineastas europeos: franceses, italianos, suecos... Todos queríamos hacer películas como los europeos. Iba a hacer esta película con dos estadounidenses que viven en París, pero al ser mi película número 50 decidí convertirla en una carta de amor a París».

Cuando se le preguntó si haría otra película en su ciudad natal, Allen aseguró: «Tengo una gran idea para rodar una película en Nueva York. Pero hasta que alguien salga de la sombra y me diga: financiamos tu película sin leer el guion y sin conocer el elenco. Si bajo esas circunstancias me da su dinero y se va, si algún tonto acepta, entonces haré la película en Nueva York».