El grupo superó una primera selección en Santiago. Luego, otra en Vigo. Y entraron en el programa tropezando con sus normas: «No nos dejaron tocar, que es lo que queríamos. Nos obligaron a que fuese playback con voces en directo», señala Xoel. Después, con un equipo que estaba lejos de su perfeccionismo beatle: «Nos daban instrumentos que no eran iguales que los del grupo y así no se puede imitar a The Beatles», expone Chema. Fue él quien llevó el mítico bajo Höfner de Paul McCartney, la guitarra Rickenbacker de John Lennon y la Gretsch de Geroge Harrison. «En la batería pusimos el logotipo del grupo en el bombo. Solo faltaban las letras de Ludwig», precisa.
Pasaron tres fases del concurso. Tocaron la primera vez I Feel Fine. La segunda, I Want To Hold Your Hand. Y la tercera, Help! «De entrada, fuimos un poco de cachondeo. Yo ni siquiera tocaba la batería entonces y me puse a ello», asegura Juan de Dios. «Aquello era un poco caótico. Nos metían en un camerino a ocho o nueve concursantes, pero al final se generó una especie de Gran Hermano», rememora Jaime que junto a Xoel burlaba la vigilancia de Chema. «Yo era más mayor y hacía de padre —se ríe el médico—, pero cuando me dormía se escapaban por las noches». Xoel lo corrobora: «Teníamos 19 años y, estando en Madrid con todo pagado, flipábamos con la posibilidad de ver conciertos de grupos internacionales. Fuimos mucho a la sala Moby Dick». En el plató se encontraron con otros concursantes que acabaron siendo ilustres. «Estaba David Civera, del que nos hicimos colegas —comenta Jaime—. Quería salir con nosotros, pero no le dejaban. Solo tenía 17 años y su padre era muy estricto».