«A lo lejos», el narrador argentino afincado en Nueva York Hernán Díaz reinventa el wéstern

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El escritor Hernán Díaz (Buenos Aires, 1973) lleva más de veinte años viviendo en Estados Unidos. A la derecha, portada del libro
El escritor Hernán Díaz (Buenos Aires, 1973) lleva más de veinte años viviendo en Estados Unidos. A la derecha, portada del libro Impedimenta

La obra con la que el escritor bonaerense debutó en la novela fue finalista en el 2018 de los premios Pulitzer y PEN/Faulkner

01 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La presencia de América Latina y del español en Estados Unidos es un hecho relevante, aunque Trump no lo acepte de buen grado. Pero, ¿es un fenómeno de tanta importancia como para que dos de las mejores novelas aparecidas en inglés en este gran país en los últimos tiempos hayan sido escritas por autores hispanoamericanos?

El año pasado llegaba, de la mano de Sexto Piso, la traducción al castellano de Desierto sonoro, la tercera novela de la mexicana Valeria Luiselli. Y el lunes 3 de febrero el sello Impedimenta lleva a las librerías A lo lejos [In the distance, 2017], de Hernán Díaz (Buenos Aires, 1973). Pero es que, además, ambos han ido al corazón de la historia y la cultura norteamericanas. Si Luiselli viajaba tras las huellas de la comunidad de los apaches chiricahuas, el narrador argentino -¡vaya osadía!- reinventa el wéstern, y nada menos que con su primera novela. Quizá todo esto obedezca a que los dos son unos apátridas: Luiselli creció en Corea de Sur, Sudáfrica e India; Díaz pasó su infancia en Suecia -hijo de exiliados políticos- y estudió en Londres y Nueva York. Autor del ensayo Borges, between History and Eternity (2012), el escritor se siente plenamente bonaerense pese a utilizar el inglés y llevar más de veinte años viviendo en EE.UU. (ahora trabaja en el Instituto Hispánico en la Universidad de Columbia).

La novela -finalista en el 2018 de los premios Pulitzer y PEN/Faulkner- relata la epopeya de un joven sueco que emigra con su hermano a América en torno a 1850. En el ajetreo del muelle de Portsmouth, Håkan Söderström, que es el más pequeño, se pierde y se equivoca de barco. Ninguno de los dos habla inglés. Así llega a San Francisco. Sin sospechar la dimensión real del territorio, ni atender a las dificultades, ni imaginar lo que le aguarda, decide atravesarlo a pie -en contra del tránsito hacia el oeste de los colonos pioneros- en pos de su hermano Linus, cuatro años mayor, que sí arribó a Nueva York. Una irresponsable y emocionante aventura.