«Identidad borrada»: Los enfermos dirigen el manicomio

eduardo galán blanco

CULTURA

Nicole Kidman y Lucas Hedges, en una escena de «Identidad borrada»
Nicole Kidman y Lucas Hedges, en una escena de «Identidad borrada»

En el filme, un melodrama sin sentido del humor, las interpretaciones son lo más notable

07 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizá Identidad robada no es un gran filme, probablemente ni siquiera es bueno, pero la oportunidad con la que llega roza lo «milagroso». En estos días, con las «sanaciones espirituales de la homosexualidad» defendidas por el obispo de Alcalá ocupando las páginas de los periódicos de una España feroz, toma mucho más cuerpo esta crónica basada en las memorias de Garrard Conley, treintañero hijo de un pastor baptista que, cuando tenía 18, fue internado por sus padres en una institución, para «curarse» de la homosexualidad.

Hay muchas cosas en la película que nos recuerdan a su gemela, la recientísima The Miseducation of Cameron Post, protagonizada por una chica lesbiana, también recluida en campamentos de «reeducación» sexual. Claro que en Identidad robada no existe ni la sombra de delirio cómico que reinaba en la comedia dramática protagonizada por la poderosa y gamberra Chloe Grace Moretz. Muy al contrario, Chaval borrado, que es la traducción del título original de Identidad robada, deviene en melodrama sin ningún sentido del humor, carente de sorpresas narrativas aunque cargado de una sana contundencia a la hora de mostrar la diabólica mecánica que quiebra la voluntad del individuo.

En su segunda película como director -tras El regalo-, el actor, habitualmente secundario, Joel Edgerton, caracteriza con precisión al torturador, al charlatán siniestro y cuartelero, incapaz de comprender todo el daño que causa a su alrededor. Junto a él, la joven promesa Lucas Hedges -que en los últimos años encadena nominaciones y premios por títulos como Manchester frente al mar, Lady Bird o Tres anuncios en las afueras- dota de valiosas confusión y rebelde energía al protagonista. Aunque lo más notable nos parece la delicada composición, a lo madre coraje, de Nicole Kidman, con un malintencionado look de Nancy Reagan o de Doris Day esquelética.

Y resulta inevitable también pensar en muchas películas carcelarias o de manicomios, con especial referencia en su final a Alguien voló sobre el nido del cuco. Pues, en el fondo, la institución que brinda el curso «curativo» de marras no deja de ser una suerte de El gabinete del doctor Caligari: son los enfermos los que dirigen el manicomio.

«IDENTIDAD BORRADA»

[«BOY ERASED»]

EE.UU.-Australia, 2018.

Director: Joel Edgerton.

Intérpretes: Lucas Hedges, Nicole Kidman, Joel Edgerton, Russell Crowe, Xavier Dolan, Flea, Joel Alwyn, Troye Silvan, Madelyn Cline.

Drama.

115 minutos.