Publican en castellano el relato del viaje de William Fiennes tras los gansos de las nieves
26 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Pese a ser familiar del ilustre explorador polar inglés sir Ranulph Fiennes -y, por tanto, de los famosos actores Joseph y Ralph-, William Fiennes (1970), también británico, no parecía haber nacido para aventurero. Pero una enfermedad, que lo llevó a las puertas de la muerte cuando tenía 25 años, despertó en él ese gen que alienta las grandes travesías.
Durante su convalecencia, cayó casualmente en sus manos el cuento de Paul Gallico La gansa blanca, que releyó evocando a aquel viejo profesor, el señor Faulkner, que se lo había mostrado en clase cuando apenas contaba diez años. Necesitaba superar su estado de abatimiento y debilidad, sobreponerse a sus miedos, correr tras la vida recuperada, hallar una «vía de escape», abandonar el marasmo de la campiña inglesa. Fue así como se desató un interés obsesivo por todo lo que tenía que ver con los pájaros, y como imaginó -y allá se embarcó, incauto- el proyecto de viajar tras los gansos de las nieves, en su migración de primavera, desde las áreas de invernada de Texas hasta Cabo Dorset, en la isla de Baffin, en los territorios nororientales del Ártico canadiense donde anidan.
Fiennes emula el zugunruhe (expresión del instinto migratorio de las aves) y marcha atravesando Norteamérica en un peregrinaje que le facilitará la satisfacción de un ansia imperiosa, la necesidad de hallarse a sí mismo, a lo que contribuirá trabar contacto y amistad con un buen número de personas que padecen alguna clase de amor loco por los pájaros y también con otros ejemplares humanos de lo más variopinto -esa interacción, de alguna manera, se convierte en su morosa y empática escritura en un fenomenal retrato de una América profunda y salvaje-. La fuerza del empeño no impedirá, sin embargo, que Fiennes, como Odiseo, sufra de puntuales ataques de nostalgia, que lo aquejen añoranzas de regreso, que se sienta solo, que eche de menos el calor acogedor del hogar familiar. Pero el poder salvífico de la naturaleza -más allá del amplio despliegue de conocimientos científicos y ornitológicos que expone- triunfa con sus cualidades benéficas.
Ahora, su aventura, Los gansos de las nieves. Mi viaje migratorio al gran norte, llega al castellano de la mano del sello Errata Naturae.