Harvey Weinstein: Poder y prestigio cimentados sobre el cine independiente

A. S. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

MIKE BLAKE | Reuters

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El poder y el prestigio que había acumulado Harvey Weinstein en estas décadas se cimentó, por un lado, sobre los éxitos que le reportaron sus producciones de cine independiente; por otro, gracias a una personalidad en la que los escrúpulos eran secundarios a sus objetivos, según los testimonios de quienes en la industria cinematográfica trataron con el productor. 

Nacido en Nueva York en 1952, el veinteañero Harvey se dedicó a la producción de conciertos junto a su hermano pequeño Bob. Con él fundó una distribuidora de películas, Miramax, y que tuvo en la música su primer éxito, la edición fílmica de conciertos que había reunido a la plana mayor del pop del momento a beneficio de Amnistía Internacional. Durante la década de los ochenta Miramax insistió, al principio con poca fortuna, en mover películas de arte y ensayo. Su perseverancia dio frutos en 1989, cuando tres filmes obtuvieron una notable repercusión: Sexo, mentiras y cintas de vídeo, de Soderbergh; El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, de Greenaway, y Átame, de Almodóvar.

Sobre este prestigio se sucedieron prácticamente todas las producciones de éxito con aroma indie, desde Pulp Fiction, de Tarantino, a Clerks, Juego de lágrimas, El indomable Will Hunting, acercándose cada vez más a una comercialidad que se concretaría en los Óscars de producciones como El paciente inglés o Shakespeare in Love. Disney tomó nota y compró Miramax.

Al mismo tiempo que Weinstein se ganaba la reputación de valedor del cine europeo -Penélope Cruz le dio las gracias en su discurso de los Óscar- y oriental -Ghibli y Miyazaki- en Estados Unidos, crecía su reputación de hombre poco a dado a sutilezas en el trato y la negociación. Intimidación verbal, algún conato de agresión, campañas para desprestigiar a aquellos actores que desafiaban su poder, crecido en dimensión real y simbólica desde la creación en el 2005, también su hermano Bob, de The Weinstein Company.

Weinstein también se ha posicionado en temas como el Obamacare -a favor- o las armas -partidario de su control-, a la vez que ha financiado campañas en cuestiones como el sida o la pobreza y apoyó la campaña presidencial de Hillary Clinton.