Triunfos de López Cobos y Ferrer

Antón de santiago

CULTURA

pablo rodriguez

Juan Ferrer, con Jesús López Cobos a la batuta, mostró su talento con el Concierto de Carl María von Weber en el marco del 25 aniversario de la OSG

27 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el marco del 25 aniversario la OSG dio a otro de sus solistas, Juan Ferrer, en el 16.º de abono, ocasión de mostrar su talento con el Concierto de Carl María von Weber. A la batuta, Jesús López Cobos. La otra obra, Sinfonía alpina, de Strauss.

Von Weber (1786-1826), pariente de Mozart, primo de su esposa Constanze, siguió la estela marcada por el romanticismo. Especialmente dotado para el teatro, su obra más reconocida es El cazador furtivo. En su creación instrumental sobresale el Concierto para clarinete y orquesta n. 1, en fa menor, en la que el clarinete se convierte en la voz cantante, lo que hace Weber con los medios operísticos: agilidades y tiratas en el Allegro; cantábile sentido e inspirado en el Adagio del segundo, y alegría danzable y divertida en el Rondó final. Ferrer desplegó hondo sentido musical y seguridad técnica: fraseó con hermoso sonido y resolvió con comunicativo temperamento las exigencias de la obra. López Cobos y la orquesta siguieron con mimo al compañero. Ferrer fue aclamado y regaló pieza del clarinetista húngaro Bela Kovacks, con la que reafirmó su triunfo.

A los 41 años y tras exitosos poemas sinfónicos, Richard Strauss (1864-1949) se propone ascender musicalmente a la inmensidad de los Alpes. Describe momentos, acciones, esfuerzos y contemplaciones ante la naturaleza con precisión de entomólogo. Le llama Sinfonía alpina, pero sigue siendo un poema sinfónico plagado de detalladas secuencias propias de avezado guionista. Y utiliza una orquesta inmensa como la montaña, con instrumentos poco usados, incluida la máquina de viento. Lo hace con la pericia orquestadora que lo hizo famoso. Abarca todos los registros, desde el nocturno inicial al esplendor de la salida del sol, la pavorosa tormenta en la cima, el firmamento. En definitiva, el «abismo de luz» que ya aparece en el Zaratustra de Nietzsche, lo que eleva la obra a un misticismo de connotación panteísta.

Feliz jornada, en la que la Joven se unió a la OSG. De ambas López Cobos obtuvo una versión deslumbrante. Otro gran éxito de los conjuntos y sus formidables solistas. López Cobos fue muy ovacionado, también cuando pidió un mejor auditorio para tan extraordinaria orquesta.