La energía de Beethoven y el dolor de Strauss

antón de santiago

CULTURA

Gran interpretación de Perianes, pianista de dominio técnico y expresiva musicalidad, con eficiente concertación de Slobodeniouk, en el segundo concierto de temporada de la OSG

18 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Segundo concierto de temporada de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG), tras el enorme éxito inaugural, con el director Dima Slobodeniouk al frente y la prestación de uno de los grandes pianistas españoles actuales: Javier Perianes. Obras de Benet Casablancas, Beethoven y Richard Strauss. Casablancas se formó musicalmente en Barcelona (Antoni Ros-Marbà, Joan Guinjoan y Josep Soler) y en Viena. Es compositor y musicólogo y autor de libro muy celebrado: el humor en la música. Sus tres Interludios para orquesta datan del 2011, bien expuestos por Slobodeniouk. Compartieron aplausos.

Cuando el gran compositor, director de orquesta y pianista alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827) se instaló en Viena a los 30 años de edad, llegaba allí para comerse el mundo con la creación de intensas obras pianísticas que él mismo tocaba para demostrar su valía. Iniciados sus problemas con la sordera, el Cuarto concierto para piano, estrenado en 1808, fue el último que pudo interpretar. Es energía de un hombre de 38 años que abre caminos al romanticismo y melancolía del que se enfrenta a la adversidad. Gran interpretación de Perianes, pianista de dominio técnico y expresiva musicalidad, con eficiente concertación de Slobodeniouk.

Requiem por una cultura

Richard Strauss (1865-1949) era músico pagado de sí mismo. Revestía su obra sinfónica de epatantes ropajes instrumentales y armónicos que camuflaban su vida interior. Stefan Sweig, evidenció su ?egoismo artístico?, que lo hacía indiferente a lo que no era su mundo. Ya octogenario y en la cúspide, Strauss recibió el efecto bumerán de la violencia desatada por su país. Profundo sentimiento de pérdida ante la destrucción de su teatro de Múnich y de otros que fueron «su vida». Se sinceró, puso su alma en la música y escribió Metamorfosis, poema sinfónico entre elegía y réquiem por una cultura sumida en el caos. 10 violines, 5 violas, 5 chelos y 3 contrabajos, 23 instrumentos para la introspección y el dolor, así entendido por los 23 solistas de la OSG y su director, que dejaron el virtuosismo para expresarse cruda y hermosamente. Sentida ovación.