Las lámparas del arquitecto Frank Lloyd Wright

G. N. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El arquitecto coruñés Antonio Barro presenta una exposición con 14 réplicas de varios diseñol a escala 1:1

07 jul 2019 . Actualizado a las 15:30 h.

La delegación coruñesa del Colexio de Arquitectos de Galicia (calle Federico Tapia, 64) inaugura esta tarde (20 horas) la exposición Frank Lloyd Wright: diseños decorativos para la iluminación, acto que contará con la presencia del autor de las piezas que reúne la muestra, el arquitecto coruñés Antonio Barro Lago, y el presidente de la delegación, Roberto Costas. La exposición aborda el trabajo de diseño de lámparas que acometió el Frank Lloyd Wright. El comisario y autor, y también profesor del IES Calvo Sotelo, Antonio Barro, trata de acercar al público el estilo del artista estadounidense y sus propuestas de diseño para artículos cotidianos como las lámparas que situaba en sus afamadas casas unifamiliares de la pradera.

Barro construyó 14 réplicas de varios diseños a escala 1:1, con tamaños comprendidos entre los dos metros y los 40 centímetros de altura. Son piezas de pared, mesa o escritorio de gran belleza y elegancia realizadas a mano de modo artesanal y con exquisitez en el cuidado de los detalles.

Alguna de las reproducciones se corresponde por ejemplo con una combinación de vidrios emplomados transparentes y coloreados que Frank Lloyd usó en la creación de una lámpara para el comedor de la casa de Susan Lawrence Dana, a juego con las vidrieras. Igualmente, diseñó para su casa-estudio de Taliesin una pieza compuesta por bloques geométricos que suben sobre una columna de modo irregular, provocando que la iluminación se enfrente a los bloques y cree juegos de luces y sombras en la pieza ornamental. En la mayoría de los casos, las creaciones tenían un carácter exclusivo para cada cliente.

«Entonces también está la lámpara, que forma parte del edificio. Ya no es un aparato, ni siquiera un accesorio. Este es un campo nuevo, que toqué al principio de mi trabajo y pude ver las posibilidades ilimitadas de su belleza», decía el arquitecto en julio de 1928.