Deneuve se da otro homenaje

josé luis losa BERLÍN / E. LA VOZ

CULTURA

La actriz Catherine Deneuve, en la Berlinale.
La actriz Catherine Deneuve, en la Berlinale. JOHANNES EISELE < / span>Afp< / span>

«Praia do futuro» y «Inbetween worlds», cara y cruz en la Berlinale

12 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es ya tradición en la Berlinale que Catherine Deneuve venga a darse un homenaje. No es que en Cannes no se la quiera; aún no está tan lejano el premio compartido allí con todas las actrices de Ocho mujeres, de Ozon. Lo que pasa es que en Berlín Deneuve no comparte focos con nadie. Es como la reina madre de este festival, y si el año pasado se le rindió ya pleitesía por un filme minúsculo, El viaje de Bettie, con el que debutaba en los roles de abuela, ayer volvió a una alfombra roja, huérfana de Clooney y su patrulla, y feliz de agasajarla en Dans la Cour, con un nuevo papel de su etapa de prejubilada, peliculita de Pierre Salvadori presentada fuera de concurso en la que encarna a una concertista que se pregunta a qué dedicar su tiempo libre. Puro masajeo del ego de la diva.

La competición por el Oso de Oro brindó la última de las cuatro películas alemanas de la sección oficial, Inbetween worlds, de la directora joven -y torpe- Feo Aladag. Su película es una versión oficialista y maniquea del papel de las tropas alemanas en Afganistán. Hay afganos muy buenos, que pagan con su vida la bondad aliada, y germanos heroicos y abnegados en su misión de paz. Es narrativamente zafia, sin matices, y se llevó una muy razonable dosis de abucheos en el pase del Palast.

Mucho mejor cuerpo deja la película noruega In Order Of Disappearance, de Hans Petter Moland, que entra en la modalidad de cine «de vengadores justicieros», con el pluriempleado Stellan Skarsgård (también ha pasado por la Berlinale como el interlocutor de la vida sexual de Charlotte Gainsbourg en la versión extendida de Nymphomaniac) como un Charles Bronson nórdico encargándose de liquidar a los asesinos de su hijo, con mucha sangre en la nieve, aunque en descargo del filme hay que decir que todo está presidido por un bien formulado humor negro, negrísimo, con pantalla en negro y esquela cada vez que un personaje es baleado (y aquí muere hasta el apuntador) y alguna ácida broma sobre la Europa del Norte, la del welfare state y la del Sur, la de los PIGS.

Historia de amor

El brasileño Karim Aïnouz es el cineasta actual más sugestivo de su país, aunque sin la proyección exterior de Walter Salles o Fernando Meirelles. Aïnouz, autor de Madame Sata, estrenada con éxito en España, o de O abismo prateado, aborda en Praia do Futuro una historia de amor entre dos hombres que comienza de manera abrupta, con un ahogamiento en la playa de Fortaleza, y crece en su desarrollo en un Berlín con punto fassbenderiano. Es irregular, libre y va en ascenso hasta su bellísimo final en un infinito bajamar de arena.