Detenciones
Un año después. El 3 de julio del 2012, un año después de la desaparición de libro, a la salida de misa de las siete de la mañana, la policía detiene a Manuel Fernández Castiñeiras, a su mujer y su hijo. En las primeras horas tras la detención se localizaron en la casa de la familia un millón de euros, lo que desató la teoría de que el Códice podría haber sido vendido por Castiñeiras. Se confirma su vinculación con la catedral y su amistad con el deán, puesto que el detenido había realizado trabajos diversos por encargo del cabildo y visitaba casi a diario el templo compostelano y sus alrededores. La policía confirma también que llevaba meses vigilándolo, pero que la detención se había retrasado para evitar que el detenido pudiera destruir la pieza. Castiñeiras había mantenido un pleito laboral con la catedral de Santiago, pero el principal objetivo de los interrogatorios y de los registros era localizar la pieza sana y salva.
Reaparece el Códice
La última bolsa del garaje. Un día después del arresto de la familia Castiñeiras, el operativo policial, con el juez Vázquez Taín a la cabeza, intensifica los registros en las propiedades del detenido. Revisan un piso en O Milladoiro, la casa familiar en Negreira y un apartamento cerca de Sanxenxo. La policía localiza un garaje reconvertido en trastero en O Milladoiro y remueve las cajas de su interior. En la última de ellas encuentran una bolsas de plástico que envuelven algo. Al desenvolverlas, se encuentran con el Códice Calixtino, justo un año después de su desaparición. En los registros se localizan también otros objetos procedentes de la catedral, más dinero y cartas dirigidas a otros vecinos del edificio en el que vivía el detenido.